El hombre rudo acarició el sello en la carta de Kent. Después de confirmar que era auténtica, abrió la carta y revisó su contenido. Quizás, debido al efecto del vino, se está quedando dormido mientras intenta concentrarse en la carta.
—Muchacho, ¿de dónde vienes? —el hombre rudo preguntó sin quitar la mirada de la carta.
—Anciano, mi nombre es Kent. Vengo de Pueblo Hoja Plateada, que está lejos de aquí —Kent respondió con calma.
—¿Cómo llegaste aquí? El camino está casi bloqueado por obstáculos —el hombre rudo preguntó mientras tomaba un sorbo de su jarra de vino.
—Mi mascota quemó todo en su camino —respondió Kent con naturalidad mientras pasaba su mano por la melena del Kirin de Fuego.
El hombre rudo desvió su mirada y observó al Kirin de Fuego por un segundo. —Linda mascota... Ahora regresa al mismo lugar de donde viniste —el anciano respondió en un tono perezoso.
