El salón entero cayó en silencio en cuanto Ye Chen dijo eso.
Incredulidad destelló en los ojos de todos.
—¿Este tipo está loco? ¡Incluso nosotros tenemos que ser corteses con el Hechicero Gongyang, pero este tipo se está comportando así!
Di Jing estaba atónita al principio, pero luego negó con la cabeza —.¡Eso es todo! ¡Ahora ni yo puedo salvarte!
La expresión de Dai Wei se congeló. Pensó que había oído mal. Posteriormente, estaba encantado —.¡Cuanto más ignorante era Ye Chen, más feliz estaba!
—¡Qué fanfarrón mocoso! —La expresión del Hechicero Gongyang era fría como la escarcha—. Deberías saber que ni siquiera las cinco familias se atreverían a ser tan descorteses conmigo. Ya que este es el caso, ¡te mostraré cuán poderoso soy!