Aunque la Alianza Marcial estuvo a punto de ser destruida mientras el gobierno ocultaba la muerte de Sikong Ao, algunos en el Mundo del Dao Marcial en China notaron que algo no estaba bien.
Mientras tanto, una parte de ellos era como el viejo monje del Templo Miyin. Se habían quedado en silencio una vez que se dieron cuenta de lo que había pasado con la Alianza Marcial.
En un pequeño pueblo montañoso lejano en el oeste, un agricultor de unos 50 años corría con todas sus fuerzas. Si uno miraba de cerca, se daría cuenta de que sostenía firmemente una prenda de lencería roja en su mano.
Mientras tanto, un tipo maduro y atractivo lo perseguía con un cuchillo de cocina en cada mano. Corría gritando con intención asesina:
—¡Bloody Niu, corre si te atreves! ¿Cómo te atreves a robar la lencería de mi esposa?! ¡No soy un hombre si no te mato hoy!
