Aunque la Marioneta de Semilla del Alma no era una entidad física, nutrir el alma era la esencia. Las grietas que aparecían en la Marioneta de Semilla del Alma eran en realidad heridas graves para Shi Hao.
Si se partiera en dos, sin mencionar esforzarse por alcanzar diez pasos, su reino sería reducido a la fuerza y en una sola noche, retrocedería a Rompiendo el Extremo.
Y con el alma habiendo sostenido tales heridas graves, sería imposible condensar la Semilla del Alma nuevamente; necesitaría Medicina Espiritual de primera para nutrirse.
Pero ahora, Shi Hao no tenía opciones.
Si no podía cortar las cadenas celestiales y terrenales, su rebelión contra el orden natural significaba que enfrentaba energía tangible lista para separarlo de la vida, así que o rompía las cadenas o sería asesinado por los cielos y la tierra, sin una tercera opción.
—¡Ven! —gritó Shi Hao.