—Gordito, ¿ese chico ya se ha dado cuenta? —preguntó el Caballero Sanye al cerdito dentro del palacio.
—Definitivamente no, de lo contrario, ¿por qué no hablaría y saldría él mismo de este mar de sufrimiento? —El Caballo de Jade habló primero.
—Eh, ¿tal vez a este tipo le gusta el masoquismo, disfruta de este tipo de cosas? —Caballero Sanye propuso una explicación.
—Jeje, ¿por qué no lo pruebas? —El Caballo de Jade estaba lleno de desdén.
—¿Probarlo? ¡Como si Ben Zhi tuviera miedo! —Caballero Sanye estaba lleno de orgullo.
El cerdito suspiró, sintiendo que ya no podía aguantarlo más.
¡Son todos un montón de Ginseng de Nube Púrpura!
Miró a Shi Hao tumbado en el suelo y asintió, —Esté consciente este chico o no, el dolor que está sintiendo es real. Que haya podido aguantar tanto tiempo realmente superó nuestras expectativas.
—¿Es él a quien está buscando el maestro? —Caballero Sanye y el Caballo de Jade preguntaron al mismo tiempo, mostrando un atisbo de anticipación.
