La mente de Lu Xiu corría a toda velocidad, y rápidamente respondió —¡Malentendido, todo es un malentendido! Lo traje aquí para que se disculpara con el Joven Maestro Shi.
Señaló a Zhong Huan.
—¿Qué, qué?
Zhong Huan estaba atónito —¿disculparse?
—Mis brazos están rotos, ¿y aún tengo que disculparme, no hay justicia en este mundo, ni ley de la tierra?
Pero dado que Lu Xiu lo dijo —¿podría permitirse desafiarlo con la cabeza alta?
La gloria que disfrutaba hoy era toda gracias a Lu Xiu, así que aunque Lu Xiu le pidiera que se arrodillara y lo llamara abuelo, no tenía más opción que obedecer sumisamente.
—¡Canalla, no vas a disculparte de inmediato! El instinto de supervivencia de Lu Xiu era fuerte, e inmediatamente pateó al todavía vacilante Zhong Huan, haciendo que Zhong Huan repentinamente se encogiera y se arrodillara ante Shi Hao.
—¡Qué vergüenza!
