—¡Guau, guau, guau! —El perro muerto volvió inmediatamente a la vida, ladrando ruidosamente.
Shi Hao rió a carcajadas y remó con fuerza unas cuantas veces más; ya había salido de la zona tormentosa. La añorada luz del sol brilló, revelando una vasta y majestuosa extensión de azul celeste, que también amplió su espíritu.
Con otro remo, su velocidad aumentó repentinamente.
Antes, remaba contra las grandes olas, pero ahora el mar estaba en calma. Con cada golpe, podía impulsar el bote docenas de pies hacia adelante, ahorrando gran parte de su energía.
—¡Guau! —El perro amarillo también comenzó a remar con esfuerzo. Después de escapar de la zona peligrosa, su ánimo también se elevó.
El Anillo Espíritu Negro contenía algo de comida y agua fresca, así que Shi Hao no tenía que preocuparse por pasar hambre o morir de sed. No pudo evitar preguntarse, ¿cómo se habían ido Luo Qing'er y Xia Mengyin?
¿Como él, ellos solo podían depender de remar?