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La persona que se marchó silenciosamente del campamento en medio de la noche no era otra que Chu Lingkong.
—¿Qué estaría tramando al marcharse repentinamente en plena oscuridad de la noche?
Shi Hao creía que su táctica de asustar a la serpiente golpeando la hierba había sido exitosa.
—Si no hay serpientes en la hierba, naturalmente no habrá movimiento, pero una vez asustadas, debe haber algo sospechoso.
Chu Lingkong se movía rápidamente, oculto por la oscuridad de la noche, lo que lo hacía muy difícil de detectar, y aunque alguien intentara seguirlo, era muy fácil perderle el rastro.
No se podía seguir demasiado de cerca, o seguramente serían detectados, y mantener la distancia sin perder de vista a la persona en una visibilidad tan pobre era verdaderamente difícil.
Afortunadamente, no solo la velocidad de Shi Hao no era más lenta que la de Chu Lingkong, sino que también poseía la experiencia de Yuan Chengmie, junto con un conjunto único de habilidades de rastreo.
