—¿De verdad sabes cómo practicar alquimia? —preguntó Sun Yiming.
—Sí, lo sé. Si no, ¿cómo podría hablar tu Gato Espíritu de Nieve? —asintió Shi Hao.
—¿Incluso reconoces al Gato Espíritu de Nieve? —Sun Yiming estaba aún más sorprendido.
—Es solo una Bestia Feroz de bajo nivel, ¿es eso difícil? —Shi Hao también estaba bastante asombrado.
Bajo nivel, bajo nivel, bajo nivel... Estas palabras resonaban en la mente de Sun Yiming, haciendo que sus labios temblaran involuntariamente. Si una bestia del Reino de la Otra Orilla era meramente llamada de bajo nivel, ¿qué bestia podría considerarse de alto nivel?
Oh, parecía que este joven despreciaba a las Bestias Feroz y creía que los humanos eran el espíritu de todas las cosas, ocupando la posición más alta.
—Ya que puedes practicar alquimia, ¿por qué no solicitas el título de Maestro de Píldoras? —asintió.
—Siempre he sido discreto —sonrió Shi Hao.
¿Discreto?