El sudor bajaba por la frente de Noah. Tomó su mochila mientras preparaba su rifle, sin apartar la vista de la puerta principal. Su corazón latía desbocado y su mente era un torbellino de pensamientos.
"No importa que... No salgas," murmuró Noah.
Escondió a Nari en el baño de la habitación, respiró profundamente y se paró frente a la puerta. Selene flotó a su lado, con una expresión severa que reflejaba la gravedad del momento.
—¿Cuántos son? —preguntó Noah, intentando calmar sus nervios.
—Son solo dos personas —respondió Selene en un tono serio—. Pero uno de ellos equivale prácticamente a un grupo entero de exploradores veteranos.
—Maldición... ¿Qué hice ahora? —espetó Noah, apretando los dientes.
—Eso no importa ahora —dijo Selene—. Teniendo en cuenta la ubicación del hotel, no deberían venir a buscar problemas, por supuesto, si consideramos que son personas racionales.
Noah esbozó una sonrisa irónica. Si la mayoría de los exploradores fueran racionales, muchas de las leyes y controles del gobierno no existirían. Agarró el pomo de la puerta, lo giró y la abrió. Su ceño se frunció al ver a sus dos visitantes nocturnos.
Cynthia lo miró durante unos breves segundos. Notó el nerviosismo y la cautela en sus ojos, y pensó amargamente que tal vez podrían haberse encontrado en mejores circunstancias.
"¡Hola! ¡Perdón por molestarte tan tarde!", dijo Paul, ajeno al ambiente tenso. "Tenemos unas cuantas preguntas para ti, y sería de mucha ayuda si colaboraras amablemente."
"Eh... ¿C-claro?", respondió Noah, incómodo con la mirada curiosa de Paul, como si estuviera analizando su potencial de combate. Tragó saliva. "No vienen a causar problemas, ¿verdad?"
"Depende de las respuestas," contestó Paul, alegremente. Pero su postura decía lo contrario; el chico ya estaba preparado para usar la primera secuencia si era necesario.
"¡Por supuesto que no!", añadió Cynthia rápidamente. "Solo venimos a aclarar unas dudas... y te conviene hacerlo."
Noah asintió, algo dudoso. Cynthia inspeccionó brevemente el lugar. Paul se fijó en el baño de la habitación, pero tras unos segundos, perdió el interés y se recostó en una pared cercana.
"¿Q-qué es lo que quieren saber?", preguntó nervioso, tomando asiento en una silla.
"Mi nombre es Cynthia, y él es Paul. Para resumir, somos altos mandos de la compañía de Atlas, solo quédate con eso. Y la razón de nuestra visita es bastante simple," respondió Cynthia, girándose hacia su compañero y haciendo una señal con los ojos.
Del antebrazo de Paul surgió un holograma. Eran las primeras reliquias que Noah había entregado a Rein. Tenían una forma circular, aunque de vez en cuando cambiaban a distintas figuras en la imagen proyectada.
"Esto es una terminal del viejo mundo," dijo Paul. "Son activos importantes para cualquier entidad. Tienen la ventaja de proveer datos del terreno de una manera que la humanidad actual no ha podido replicar, pero lo más importante, es su capacidad de comunicarse con los seres del pasado."
Noah estaba asombrado, pero conflictuado. No podía negar que había vendido esos objetos, estaba registrado en sus archivos como explorador, pero lo que más le preocupaba era si sabían de la existencia de Selene.
"¿Y bien?", dijo Noah, sin perder la cautela.
"Queremos saber cómo los encontraste," contestó Cynthia con una sonrisa. No tenía ninguna intención maliciosa, ni quería prolongar la situación. Llamar la atención de las compañías rivales era lo último que buscaba.
—Diles lo que sabes, Noah —aconsejó Selene, flotando a su lado con una sonrisa—. Todo estará bien.
Noah se tranquilizó al ver que Selene volvía a la normalidad. Respiró hondo y empezó a contar los hechos tal y como los recordaba. Cynthia interrumpía de vez en cuando para tomar notas en una tableta. Paul solo cerró los ojos y escuchó atentamente.
Cuando terminó el relato, la habitación quedó en silencio.
"Bastante imprudente," susurró Paul.
Noah desvió la mirada con una sonrisa amarga.
"Es como temíamos," dijo Cynthia, sosteniéndose la cabeza con las manos. "Bueno, no importa, ya resolveré eso. Como debes suponer, te patrocinamos cuando nos enteramos de la aparición de los terminales. Por las molestias, mantendré la relación tal como está."
"Es de corazón blando," añadió Paul con una risita. "Tengo una pregunta, Noah, ¿no?"
El chico asintió.
"Ya sabes que lo que encontraste en medio de ese caos era un intento de transportar reliquias de manera encubierta, aunque no resultó bien," comentó Paul, caminando hacia él. "La suerte también juega un papel importante en ser explorador... pero, si nos fijamos en tu historial, es bastante curioso."
[¡Mierda! ¡¿Se habrá dado cuenta?! ¡¿Pero cómo?!], pensó Noah, desesperado. Selene flotó por encima de él, observando la situación de manera neutral.
"Derrotaste a un ladrón bastante capaz en el asalto al convoy, tus expediciones aumentaron exponencialmente, derrotaste a una araña excavadora y a un rastreador," dijo Paul, cruzando miradas con Noah, como si pudiera ver más allá. "Como mencioné antes, bastante imprudente, ¿no?"
Noah lo confrontó nervioso, pero con enojo en su interior.
[Nada ha cambiado], pensó, una ola de emociones negativas llenándolo. La forma en que Paul lo dominaba le recordó cuando le arrebataban la comida que había conseguido con esfuerzo. Cuando lo pisoteaban, si no seguía las órdenes o si desafiaba la ley del más fuerte.
[¡¿Qué demonios estás haciendo?!], pensó Cynthia, notando cómo el ambiente se volvía tenso. Incluso Paul retrocedió medio paso al notar su expresión.
"¿Qué tiene de malo?", murmuró en tono frío. "¿Qué tiene de malo haberme esforzado para sobrevivir un día más?"
[¿Qué pasa aquí?], pensó Paul, sorprendido. Su actitud había cambiado de inmediato a la de un combatiente. Ni siquiera las criaturas del este exudaban esa presión. El chico lo mataría, aunque eso le costara la vida.
—Noah, cálmate —ordenó Selene, apareciendo frente a él—. No voy a permitir que camines hacia una muerte segura.
Noah la miró, o, mejor dicho, miró a Paul, esperando cualquier indicio de que se fuera a desatar el conflicto.
"Perdón," dijo Paul de manera sincera, levantando las manos. "Digamos que solo tenía curiosidad, y como dije, la suerte también es un factor, ¿no?"
Noah no supo cómo reaccionar. Su animosidad se redujo un poco, recuperó algo de calma, pero la frustración seguía allí. Se fijó en Cynthia, que parecía preocupada. Suspiró y relajó su postura.
"Está bien, perdón por eso," dijo en un tono débil.
"No pasa nada," respondió Cynthia, sin saber bien qué hacer. Fulminó a Paul con la mirada. "Espero que sigas creciendo como explorador para que podamos vernos de nuevo. Pronto habrá nuevas misiones para que puedas expandir tus horizontes."
Cynthia se apresuró a dirigirse a la puerta, deseando salir cuanto antes. Estaba agotada, y para rematar, casi provocan una explosión con una mina terrestre. No dudaba de las capacidades de Paul, pero la sed de sangre de Noah la dejó helada. Incluso un animal acorralado no dudaría en atacar a su cazador.
"Hey, chico, ¿qué te parece aceptar una misión de emergencia?", comentó Paul, adoptando una actitud más relajada. "No quiero que terminemos en malos términos, y justo hay una bastante lucrativa."
[¡Ya empezó! ¡Otra vez!], maldijo internamente Cynthia, dándose cuenta de por qué Paul había dicho eso.
"¿Es sobre la ruina militar?", preguntó Noah, con la mirada baja, calmándose con los ánimos que Selene le brindaba.
"Así es," afirmó Paul, cruzándose de brazos con una sonrisa. "Me alegra que lo sepas, eso hace las cosas más fáciles. ¿Qué opinas?"
"Requiere de un representante," añadió Cynthia, visiblemente desesperada. "Y no puedo hacerme cargo de eso."
"Oh, no es necesario," dijo Paul, señalando la puerta del baño. "Ya tenemos a alguien que haga ese rol, al menos de nombre."
***
Las calles de los barrios bajos estaban silenciosas. La luna acababa de pasar su punto más alto. Las estrellas ofrecían una vista magnífica, o lo habrían hecho, si no fuera por la cantidad de basura esparcida por la zona. Varios cadáveres se encontraban ocultos entre los callejones.
"¿En qué estabas pensando?", regañó Cynthia. "¿No sabes la cantidad de papeleo de la que me tengo que encargar ahora?"
"Siempre puedes con eso," respondió Paul, caminando a su lado. "Aparte, tenía curiosidad."
La pareja abandonó el hotel y se dirigió al primer muro para descansar. Noah, Nari y Cynthia fueron arrastrados por el capricho de Paul para participar en el asalto a la ruina militar. La discusión fue bastante acalorada, entre quejas de un lado y bastantes peros del otro, pero a Paul no le importó.
"¿De qué?", espetó Cynthia, molesta, doblando una esquina hacia el distrito comercial, que seguía bastante activo.
"Como decirlo," dijo Paul, cruzándose de brazos y ladeando la cabeza. "Su equipamiento y comportamiento no demostraban para nada el nivel que su historial sugiere."
"Yo opino lo contrario," añadió Cynthia, recordando la expresión sombría del chico.
"Oh, bueno, si consideramos ese cambio, podría incluso darle algo de crédito."
"¿Por eso lo obligas a participar en un área completamente fuera de su capacidad?", preguntó Cynthia, arqueando una ceja.
"Es necesario," contestó Paul con una sonrisa. "Hay quienes nacen con talento para triunfar en las afueras, después están quienes entrenan y se esfuerzan para cumplir con sus expectativas, y por último... los monstruos."
"¿Monstruos?", repitió Cynthia, cruzando la entrada que daba acceso al primer muro.
"El chico no tenía la arrogancia de haber nacido con talento natural, ni la confianza de haber superado un arduo entrenamiento durante años para salir al exterior," dijo Paul, mirándola seriamente. "Hay quienes viven situaciones peligrosas todos los días. Se acostumbran a jugársela en cada momento. Entienden y comprenden a su oponente de manera inconsciente, y adaptan todo eso a sí mismos."
Cynthia lo escuchó, asombrada.
"Vivir apostándolo todo te hará fuerte, extremadamente fuerte, si te soy sincero. Por eso, hay quienes avanzan entre las ruinas casi como si fueran monstruos," añadió Paul, mirando los drones volar por el área.
"¿Pero el riesgo no es demasiado alto?", preguntó Cynthia, curiosa. Nunca había salido al Páramo. Tenía una vaga idea de cómo funcionaban las cosas por sus interacciones con exploradores, pero nada más.
"Por eso mismo son monstruos," respondió Paul. "No conocen límites, son escépticos con respecto a eso. Ya sabes, para las personas normales, un explorador es alguien que no está bien de la cabeza por ir a las afueras, llenas de criaturas desconocidas. Para nosotros ellos son los locos entre locos."
"Esto es... demasiado," murmuró Cynthia.
El zumbido de los drones llenaba el ambiente, junto con los pasos de los exploradores que se abastecían en las tiendas incrustadas en las paredes. Cynthia agradeció internamente el haber crecido dentro de las murallas.
"¿Crees que Noah sea uno de esos entonces?", preguntó Cynthia, analizando los posibles caminos futuros con respecto a su relación.
"Probablemente... por lo que pude notar, es un chico de los barrios bajos, sobrevivió lo suficiente como para ser explorador," contestó Paul, recordando la expresión de Noah. Sintió curiosidad y respeto por él. "Regresó con vida del convoy, derrotó a una araña excavadora y a un rastreador. Eso no lo hace cualquier persona promedio. Un chico lleno de enigmas, ¿eh?"
Ambos siguieron caminando hasta llegar a una enorme puerta que daba acceso al exterior. El área residencial del primer muro, donde se hospedaban algunas figuras importantes de la ciudad.
[¿Qué tanto crecerá si es llevado más allá de su capacidad?] pensó Paul, emocionado.
***
La habitación estaba en silencio, salvo por el suave susurro del viento que se colaba por la ventana. La luz de la luna se filtraba por las rendijas, bañando una parte de la habitación con su tenue brillo. Noah dormía con el ceño fruncido, aunque su respiración era tranquila. A su lado, Nari yacía acostada, con una expresión preocupada.
[Aún sigues atrapado allí, ¿verdad?], pensó con tristeza.
Había escuchado toda la conversación antes de salir del baño. Incluso pudo sentir el enojo de su amado. Quiso acercarse para calmarlo, pero no pudo dar un solo paso. Cuando Noah le aseguró que todo estaba bien, se encontró con los visitantes: Paul y Cynthia.
Hablaron sobre lo que harían en el futuro. Nari acompañaría a Noah a las afueras. Su corazón se encogió por los nervios, pero el deseo de ser útil pesaba más. Con cuidado, guio las quejas a su favor para ser incluida. Pensó que eso sería un paso más hacia él y, al mismo tiempo, una forma de comprender mejor a Selene, un tema del que aún no habían terminado de hablar.
Se giró lentamente para abrazar a Noah y apoyar su cabeza sobre su pecho. Con un movimiento suave, acarició su cabello, notando cómo la expresión del chico se relajaba. Tarareó una pequeña canción, la misma que él solía usar para calmarla años atrás.
[A veces me pregunto si alguna vez podrás salir de ese abismo... o si yo seré suficiente para mantenerte a flote], pensó mientras sus dedos se deslizaban con gentileza por su cabello.
"Lo estás haciendo bien," murmuró Nari.
Sabía que Noah solo le contaba una parte de lo que vivía en sus expediciones. Lo hacía para evitar preocuparla, y aunque agradecía su intención, deseaba que confiara un poco más en ella. Con una última caricia, se acurrucó más cerca de él, buscando consuelo en el calor de su cuerpo.
[No me importa lo que tengas que hacer. Siempre que pueda permanecer a tu lado, seré muy feliz. Y si en algún momento te sientes abrumado, estaré ahí para que lo superemos juntos. Te lo prometo.]
Y así, ambos se quedaron dormidos, a la espera del nuevo mañana
***
La fuerte ráfaga de viento mecía el cabello de Noah mientras permanecía en el tejado de un enorme camión que cruzaba el Páramo. Había espacio suficiente para varias torretas instaladas, además de una gran cantidad de exploradores moviéndose por la zona.
El chico observaba el horizonte.
—Otra vez en un convoy —dijo amargamente.
—Esperemos que nada malo suceda esta vez —añadió Selene con una sonrisa pícara—. Al menos estás mejor preparado en comparación con aquella vez.
Noah suspiró, recorriendo con la mirada el convoy que avanzaba hacia el sur. El grupo de Kael estaba en uno de los vehículos. Paul los incluyó en la misión con la intención de fastidiar al chico, quien trató de usarlos como escudo para mantenerse al margen de él.
Nari iba junto a Cynthia en los camiones de la parte central. Por medidas de seguridad, la habían asignado a esa posición. Su rol sería únicamente encargarse de papeleo y negociaciones, con el apoyo de Cynthia.
[¿Fue una buena idea?], pensó con amargura.
"Pronto llegaremos al puesto de avanzada. Por favor, manténganse alerta y reporten cualquier posible anomalía," resonó una voz por el intercomunicador del camión.
En cuestión de minutos, el paisaje comenzó a cambiar. La expresión de Noah se volvió seria, sus puños se apretaron con fuerza. El cielo grisáceo, cubierto de nubes, quedaba opacado por el humo negro que se alzaba sobre la ruina. A la distancia, proyectiles caían en el terreno irregular, provocando múltiples explosiones. Criaturas mecánicas y orgánicas luchaban ferozmente contra los exploradores.
—¿Podemos dar media vuelta? —preguntó Noah, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza al contemplar la magnitud del combate que le esperaba.
—Me temo que ya es demasiado tarde —respondió Selene, flotando a su lado con una sonrisa—. Al menos deberías agradecer el equipo nuevo que te dieron.
El rugido de los motores disminuyó a medida que el convoy se detenía en el puesto de avanzada. Era una base temporal diseñada para facilitar la conquista de la ruina. Varias tiendas de campaña estaban desplegadas junto a edificaciones improvisadas por los altos mandos de la ciudad de Velt. Entre ellas destacaban enfermerías, tiendas de abastecimiento de arsenal y una sede para entregar los objetos encontrados en la ruina.
"Muy bien, muchachos, la tarea es simple," anunció un funcionario que se acercó al convoy. "Los encargados configurarán sus dispositivos recolectores de información y terminales para monitorear a los exploradores, así como para detectar solicitudes de ayuda de emergencia."
El personal comenzó a sincronizar los dispositivos de cada integrante con la red proporcionada por la base.
"Pueden proceder como lo han hecho siempre, pero su objetivo principal será averiguar por qué la ruina está en alerta máxima," continuó el funcionario. "Al grupo o persona que lo logre se le pagará un total de 50.000.000 kronos, así que tengan eso en mente. Sin nada más que agregar, les deseo una fructífera expedición."
Los exploradores veteranos sonrieron ante la oferta y, sin demora, se adentraron en el campo de batalla. Algunos mostraban nerviosismo al ver las llamaradas a lo lejos, pero, tras aceptar una petición de emergencia de la ciudad, no había marcha atrás. Noah respiraba profundamente conforme inspeccionaba su equipamiento, asegurándose de que todo estuviera en perfecto estado.
Llevaba un traje aumentado corporal conocido como HV-Suit. A simple vista, cualquiera podía notar que se trataba de un artículo de alta calidad. Estaba confeccionado con placas de metal resistentes pero flexibles, lo que le permitía realizar maniobras acrobáticas sin contratiempos. Su diseño incluía varias hendiduras, destacando las conexiones que reforzaban la armadura. En el centro del pecho, el generador principal no solo alimentaba el traje, sino que también activaba un potente campo de fuerza, aunque esto dependía del nivel de energía disponible.
"No se puede comparar para nada con lo que llevaba antes," comentó Noah con una sonrisa amarga. "Estaría más emocionado si no fuera por las explosiones al otro lado."
"Lo mismo podríamos decir nosotros," dijo Kael, quien estaba a su lado. Él y su grupo también llevaban trajes y rifles avanzados.
"Espero que tu deuda no haya aumentado," añadió Noah, lanzándole una mirada crítica.
"No te preocupes por eso," respondió Kael con nerviosismo, rascándose la nuca. "Estoy seguro de que los beneficios que obtendremos aquí lo compensarán todo."
"Esperemos que sea así," murmuró Noah mientras revisaba sus nuevas armas.
Llevaba dos rifles compactos diseñados para optimizar la comodidad del usuario. Conocidos como ZR-200, ofrecían una potencia de fuego muy superior a la de su arma anterior. Tenían un acabado negro elegante que destacaba el cañón secundario, incorporado debajo del principal y pensado para disparar perdigones de alto impacto contra las criaturas. La munición compatible incluía desde proyectiles estándar hasta perforantes, ideales para eliminar rápidamente máquinas con disparos precisos.
—Con esto habría derrotado al rastreador con facilidad, ¿no? —preguntó Noah con curiosidad.
—Por supuesto, notarás la diferencia muy pronto —respondió Selene con una sonrisa radiante—. ¡Muy bien, Noah, es hora de demostrar tu crecimiento!
Noah sonrió con entusiasmo y siguió a Kael en dirección del grupo.
"Muchachos, él será nuestro nuevo integrante por hoy," anunció Kael, presentándolo.
"Mucho gusto. Espero que nos llevemos bien," dijo mirando a los integrantes del equipo. "Mi nombre es Noah, cuiden bien de mí."
"Bienvenido a bordo," respondió Dren con una sonrisa amigable.
"Una mano extra nunca viene mal," añadió un hombre robusto llamado Varek.
"Vaya, eres bastante joven para estar aquí," comentó Lyra en tono jovial, acercándose a Noah. "¿Estás seguro de no retrasar a nadie, chico?"
"No lo molestes, Lyra," refunfuñó Marín, una joven que parecía tener una edad cercana a la de Noah. "¿Acaso pensaste lo mismo cuando Dren y yo nos unimos?"
Lyra respondió con una sonrisa burlona para luego revolver el cabello de Marín. Noah no pudo evitar sentirse intrigado por cómo el ambiente relajado del grupo contrastaba con el caos que reinaba más allá de la base. Aun así, no le molestaba; podía sentir que encajaría bien si se lo proponía.
"Noah, sé que eres fuerte, y con tu nuevo equipo lo serás aún más," dijo Kael en tono serio. "Pero espero que sigas mis órdenes. Trataré de que sean las más acertadas posibles. Si tienes alguna queja, siempre puedes decirla."
—¿Qué opinas, Selene? —preguntó Noah con escepticismo. No pensaba quejarse ni mucho menos convertirse en una carga.
—No veo ningún inconveniente —respondió Selene—. Será un buen entrenamiento para el trabajo en equipo.
"Me parece bien," dijo Noah, extendiendo la mano.
"Gracias," respondió Kael al aceptar el apretón, dejando escapar un suspiro de alivio. "¡Bien, chicos, hora de adentrarnos en ese lugar!"
Noah seguía al grupo, observando el ajetreo en la base. Los cuerpos de algunos exploradores eran trasladados a la enfermería, mientras otros recargaban sus municiones, listos para volver a la ruina. Su corazón se encogía con ansiedad, una mezcla de miedo y nerviosismo lo invadía, pero también sentía una chispa de emoción. Esbozó una pequeña sonrisa, pensando que esta sería su oportunidad de probar hasta dónde podía llegar.
"¿Noah? ¿Me oyes?"
De repente, la voz de Nari surgió a través del intercomunicador del traje.
"¿Nari? ¿Dónde estás?", preguntó, echando un vistazo a su alrededor.
"Estoy en una de las instalaciones de la base con Cynthia. Quería desearte buena suerte. Al parecer, una vez te alejes demasiado, ya no podré contactarte," explicó Nari con un tono melancólico.
"Es una lástima. Gracias por llamarme. Al menos puedo escuchar tu voz antes de partir," comentó Noah, añadiendo un toque pícaro.
"Tonto," respondió Nari con timidez, lo que provocó una suave risa en él. "Vuelve sano y salvo, por favor."
"Lo haré... lo prometo," dijo Noah con confianza. "Ten cuidado allí. Espero grandes resultados de mi linda representante."
"¡Por supuesto!", exclamó Nari, emocionada.
***
Los gritos de criaturas y exploradores resonaban en toda la instalación. Varias vigas de metal estaban dispersas por el suelo, cubiertas de sangre y órganos. Algunas bestias yacían empaladas en ellas, con múltiples orificios en sus cuerpos. El aire estaba impregnado de un intenso olor a hierro, complementando el caos del ambiente.
Las balas retumbaban al impactar contra los muros. En medio de ese escenario, Kriegma permanecía de pie frente a un océano de cadáveres. Devoraba sin distinción a las criaturas mecánicas y exploradores bajo sus pies. Su cacería continuó hasta que alcanzó una enorme sala llena de monitores integrados.
Las pantallas mostraban cada rincón de la ruina, revelando los movimientos de quienes entraban y salían. Serpientes sintéticas resquebrajaban el suelo, emergiendo repentinamente al otro lado de un equipo de cincuenta personas. En otra imagen, varios exploradores se apresuraban a registrar las áreas en busca de recompensas.
En una de las cámaras, Kriegma observó a un pequeño grupo que avanzaba hacia la zona de la maquinaria principal. Todos mantenían expresiones serias mientras inspeccionaban cada rincón del lugar. Su atención se centró en uno de ellos: un chico que manejaba sus rifles con precisión letal, eliminando a cada criatura que se interponía en su camino. Kriegma siguió su avance con interés hasta que la mirada del joven se cruzó con la cámara y, sin dudarlo, la destrozó de un disparo.
"Ji... Ji... JAJA..." La risa de Kriegma comenzó como un susurro, para luego transformarse en un sonido enfermizo. "E-eres tú."
El chico no era lo que realmente le interesaba. Lo que había captado toda su atención era la figura luminosa que flotaba junto a él, guiándolo. Soltó un rugido ensordecedor que sacudió la sala de seguridad. Sus extremidades se transformaron en potentes cañones antes de salir disparado, moviéndose con una velocidad inhumana en busca de su nueva presa.