Jack, había desayunado poco está mañana. Llevaba meses preparando sus vacaciones, hasta que le llegó una notificación escrita sobre una nueva misión en el espacio.
Tocaron a la puerta de su laboratorio.
— Dr. Jack, telegrama. Un joven de la aviación se anunciaba.
— Déjelo bajo la puerta, por favor, estoy muy ocupado, respondió Jack.
— Dr. debo entregarlo en sus manos, es urgente, indicó.
Jack se levantó de su asiento, para abrir la puerta y recibir el telegrama urgente.
—Gracias Sargento, respondió Jack con educación.
Al abrir el telegrama, decía el encabezado:" Dirección General del Espacio y asuntos internos". Asunto: "Misión Espacial. Urgente".
—Dr. Jack deberá presentarse este viernes a primera hora, para las pruebas de despegue y simulación. Su misión: deberá reparar el satélite: Smart V, que se encuentra fuera de servicio, por un fuerte impacto con un meteorito.
—Se dañaron las vacaciones otra vez, respondió Jack con vos baja y mucha decepción.
Jack olvidó por un instante lo que hacía, la noticia de un viaje al espacio, lo había alterado por completo. Dejó la carta en la mesa y se dispuso a salir para respirar aire puro, pasó por el cafetín de la base espacial.
—Un café capuchino doble, por favor.
— Enseguida Dr., respondió amablemente.
Jack tomó su café, salió al jardín, buscó un banco para sentarse y se dispuso a tomar su café doble recién hecho.
Muchas cosas pasaron por su mente, y una de ellas era sus vacaciones suspendidas por enésima vez.
Al segundo sorbo, lo sorprendió una pelota de béisbol, qué término derramando su café caliente sobre su pecho.
— ¡Ayyyy!, soltó un grito de dolor.
Una chica con vestimenta militar se acercó apenada y ofreciendo disculpa.
— Lo siento mucho Dr. qué pena con usted, no era mi intención.
—No Claro, su intención era quemarme, porque lo logró, respondió Jack con cara de pocos amigos.
—¿Cómo puedo remediar el daño Dr.?, haré lo que usted me pida, respondió la chica.
— ¿Lo que sea?, pensándolo bien, si puedes hacer algo por mí, respondió con vos maquiavélica y pervertida.
—Tampoco me voy a humillar por un accidente, respondió la chica.
—Mucho gusto, soy el Dr. Jack, de tecnología espacial, respondió.
— Es usted uno de esos genios del laboratorio, respondió con una bella sonrisa que cautivó a Jack.
— ¿Y qué penitencia me harás pagar Jack?, pregunto la chica.
— Algo se me ocurrirá, podrías cenar conmigo esta noche y lavar mi camisa, respondió con una sonrisa pícara en su rostro.
—Cenar contigo si, ¿lavar?, no sé, eso veremos, respondió con una sonrisa pícara y desafiante a la vez.
— Bueno, así quedamos Jack, a las 19:00 horas paso por aquí, donde comenzó todo, respondió.
La chica dio media vuelta, moviendo su cadera suave con un movimiento sensual, que llamó la atención de jack.
—¡Hey!, espera, nunca dijiste tu nombre.
—Me llamo Eva, como la primera mujer que mordió de la fruta prohibida, respondió con una sonrisa pícara y una mirada de loba al asecho.
Jack sintió que su corazón saltaba como un trapecista.
—Adiós, respondió jack con un movimiento de manos.
Eva se fue alejando por completo hasta que los ojos de jack dejaron de alcanzarla.
Jack vio la hora en su reloj y se acordó que, debería presentar un informe. Faltaban cinco horas para la cita, pensó.
Jack pidió otro café mientras iba de paso hacia su oficina. Y al llegar colocó su pase y la puerta se abrió.
Bebió un sorbo de café y se sentó a escribir su informe, mientras bebía otro sorbo.
El tiempo fue transcurriendo, solo faltaban unas pocas horas para la cita con Eva. Pensó que debería ducharse con agua tibia y buscar que ponerse para la ocasión.
Terminado el informe, le dio a guardar como y finalmente lo adjuntó al correo electrónico y lo envió.
Se levantó de la silla y se dirigió a su armario, donde tenía una camisa manga larga Blanca y otra manga corta, había un pantalón de estilo casual, azul marino y otro beagle. Más abajo vio unas botas Caterpillar color amarillas y pensó que estaba bien la combinación de blanco y beige, quedarían genial.
Faltaba una hora para el encuentro con Eva. Abrió la puerta de la ducha y presionó los botones de hidromasaje para el agua caliente y después presionó el botón de agua fría, para obtener una temperatura equilibrada.
Faltaban media hora para el encuentro. Terminada la ducha, uso su colonia Obsession de Calvin Klein, el cual tenía feromonas.
Se vistió y faltando diez minutos para el encuentro se dispuso a salir.
Se dirigió al jardín al punto de encuentro, faltan aún 5 minutos para la cita.
El reloj marcaba las 19:05 de la noche.
A las 19:10 minutos, una silueta femenina se asomó bajo una la luz tenue. Los ojos de jack trataron de enfocar mejor, pero las gafas había dejado en su laboratorio, su visión era un poco borrosa de lejos.
— Buenas noches, Jack, pensé que no vendrías, respondió Eva.
— ¿Y por qué pensaste que yo no vendría?, pregunto.
— Porque eres un hombre muy ocupado y muy comprometido con tu trabajo, pensé que no tenías tiempo para encuentros nocturnos.
—En realidad esta semana, tengo todo el tiempo disponible, sorpresivamente, es así.
— Suenas a que hubo cambio a última hora o ¿me equivoco?
—No, fíjate que no, te equivocas corazón, algo surgió a última hora.
— Bueno, tienes tiempo para contarme tus aventuras, si deseas ¿no?.
— Sí, hay tiempo de sobra Eva. ¿Y tú tienes toda la noche? Pregunto.
— Todo depende de ti jack, hasta donde quieras llegar...
— Suena interesante, respondió Jack.
Eva lo miró fijamente cruzando sus piernas, tenía un vestido negro siendo a la cintura con un pequeño ajuste en la cintura y faralaos de dos niveles a media pierna, sus pies lucían unos tacones bajos y sus uñas estaban decoradas de color vino tinto.
—¿Vamos? Intervino Jack, quien la tomó de brazo, cruzando con los de él, y así fueron caminando al mismo ritmo de sus pasos sincronizados.
Iban Camino a un hermoso restaurante temático de la base espacial, al que solo entraban funcionarios de nivel 3.
Al entrar estaba un militar con traje de gala. Jack enseñó su carnet nivel 5.
— El militar saludó como de costumbre y les abrió la puerta amablemente, diciendo unas palabras de "Bienvenida".
Eva se movía con elegancia en brazos del Dr. Jack.
Eligieron una mesa, se sentaron y al cabo de pocos minutos se acercó el mesonero.
—Buenas noches, bienvenidos, le puedo ofrecer, si gusta: un vino tinto o blanco de entrada, mientras busco la carta.
— Para mí está bien un vino tinto, respondió Jack y ¿para ti Eva?.
—Pudiéramos pedir una sangría para dos.
— Muy buena idea, respondió Jack.
—Con su permiso, respondió el mesonero.
—Adelante, respondió Jack.
—Tienes buen gusto Eva, nunca pensé en pedir Sangría, comentó Jack.
— Me encantan las frutas en vino, es muy excitante, respondió.
—Excitante ¿dices?, te ves hermosa con ese vestido, respondió Jack.
—Gracias Jack, me alegra que te guste, esa es la idea.
Al rato llegó el mesonero con la jarra de sangría. El mesonero sirvió las copas y dijo unas palabras: — Salud Sres.
— Gracias respondieron los dos.
—Salud, porque estos momentos se repitan, brindó jack.
—Porque estos momentos sean ardientes y embriagante como este vino, respondió Eva, en un tono de voz cálido y sensual.
—Eso suena demasiado bien, respondió Jack, al ver Eva a los ojos.
Jack tomó sus manos y acercó sus labios a la boca de Eva y con mirada fija, término besándola.
Eva no se quedó atrás, sacó sus manos de bajo de la mesa y acarició la cara de Jack, mientras lo besaba con pasión y dulzura.
—¿Qué es eso tan importante, que debías contarme jack?.
—Después de comer te cuento, respondió.
—Eres todo un misterio Jack.
—¿Misterioso yo? ¿No creo?, la noticia cambio mis planes por completo, respondió.
— Debe ser algo muy importante, como para posponer tu planificación, ¿no?.
— Algo así corazón, ni te imaginas, respondió Jack con vos de consternado.
El Mesonero se acercó a la mesa con la carta, dio una sugerencia.
— ¿Qué te provoca Eva?, pregunto Jack.
—En realidad algo ligero, no tengo mucha hambre, una ensalada de pollo y camarones, estaría bien para mí.
—Solo una ensalada, seguro que no quieres algo más, preguntó Jack.
—No, Jack, eso estaría bien para mí, no como mucho de noche, prefiero beber, respondió.
— Veo que quieres embriagarte esta noche, comentó jack.
— ¿Tiene algo de malo que uno se embriague con buena compañía?, preguntó Eva.
—No, para nada, todo lo contrario, me alagas con tu comentario, respondió Jack.
—Me caes bien Jack, desde el primer momento que te vi.
— Ja, Ja, de eso me di cuenta al sentir el café caliente derramado en mi pecho.
—Eres torturador Jack, me vas a castigar por ser una niña traviesa.
— Te mereces un buen castigo, respondió Jack.
—¿Y qué tanto sabes de castigo Jack?
—Alguna vez presté servicio militar en la Marina, ahí uno aprendía sobre castigos, respondió.
—Es decir, que tengo a un genio, ex militar, como verdugo, eso como una mezcla entre creatividad y maldad, respondió Eva, quien cruzó la pierna con elegancia.
—Veremos quien termina dominando a quien, sorpréndeme Jack.
—Eres una mujer peligrosa, Eva, que quieres de mí, sacarme todo lo que sé y luego eliminarme.
Ambos rieron...
— No tengas miedo Jack, solo quiero pagar mi culpa, no te voy a matar, literal.
—Me asustas, pero a la vez me emociona todo de ti, eres un misterio de mujer, respondió Jack.
Un gemido corto salió de sus labios, confundiéndose con su sonrisa y algo húmedo sobrevino entre su entrepierna.
—Jack comamos rápido y vallamos a tu habitación, o mejor pide para llevar sí.
—Pidamos para llevar entonces, respondió Jack, quien estaba tan caliente como Eva.
—Por favor para llevar el pedido.
— Enseguida Dr. respondió el mayordomo.
Bebieron dos copas más hasta acabar la última gota de vino.
Al cabo de unos pocos minutos, llegó la comida, lista y empacada.
— Vámonos corazón, respondió Jack con vos dulce.
Al llegar a la puerta, Jack colocó la tarjeta en el lector y la puerta abrió.
Eva cerró la puerta con una patada trasera y Jack la tomó por la cintura, la empujó a una pared de vidrio y comenzó a pasar su mano derecha haciendo un recorrido por todo su cuerpo. Subió el faralao de la falda como jugueteando con ella y al subirla, pudo notar que no llevaba ropa interior.
Jack pudo tocar sus nalgas y las acaricio con suavidad y ella suspiró al sentir sus cálidas manos, luego comenzó a jugar con sus dedos y hacer su trabajo, mientras la besaba por el cuello, suspirando en su oído suavemente, luego se acercó a sus labios, mientras su mano y sus dedos hacían el tacto, tocando lo más profundo de su ser.
Eva gemía, al mismo tiempo que humedecida su interior de manera continua, espontánea en un acto de placer y mucha excitación.
Jack subió su mano izquierda hacia sus pechos, bajando su top y luego comenzó a pasar su lengua por todas las colinas, cómo si se tratara de un manjar delicioso. Al final Eva desabrochó el pantalón de Jack y sacó el mazo hasta asegurarlo con sus manos, luego lo puso en posición buscando el camino. Y sin pensarlo dos veces Jack se fue a encima, ajustando su fuerza de lenta a rápido, entrando por dónde le habían trazado el camino. Fue un momento de mucha libido por parte de Jack y muchos gemidos continuos en cada exaltación.
Así estuvieron una y otra vez repitiendo cada escena sin parar, hasta que sus cuerpos desgastados de tanto querer, terminaron buscando el piso, que era lo más cercano y próximo, hasta que sus cuerpos dejaron caer, quedando abrazados como dos enamorados.
Finalmente, Eva se dio la vuelta, dándole la espalda y Jack la abrazó, quedando pecho contra espalda.
—Mañana inicio las pruebas de simulación, para abordar la misión, anunció Jack a su compañera Eva.
— ¿Eso era lo importante que tenías que decirme Jack?, preguntó Eva, quien volteó su cuerpo para quedar frente a frente.
—Sí, parte del cuento, debo partir en dos días, respondió Jack.
— ¿Y cuál es tu misión?, si se puede saber.
— Un satélite que está en órbita con el planeta martes ha sido impactado por un esteroide, contestó Jack.
— Y tu misión es evaluar los daños y repararlo, preguntó Eva.
— Si, así es, respondió Jack.
— No creo que sea complicado para ti, ¿no?
— Lo que no me queda muy claro es porque es tan valioso ese satélite, preguntó Eva.
—Necesitan estar informados de todo lo que ocurra en ese planeta, supongo.
— Vas tú solo o acompañado, preguntó Eva.
— Esos detalles lo desconozco, supongo que debe ir conmigo un asistente y otro ingeniero especialista como yo, respondió Jack con cierta duda.
— Solo me llegó la notificación hoy, antes de que una chica bella y traviesa me derramara el café caliente en mi pecho, respondió Jack con cierto tono de sarcasmo divertido.
— Que bien, no era tu día, hasta que me conociste, cambió tu estado de ánimo o
¿No?
— No lo puedo negar que, me volviste a la vida, otra vez, respondió Jack.
— Yo soy tu ángel de salvación, respondió Eva, con tono de vos risueño, pero con una mirada dulce y cariñosa.
—Definitivamente, es así, lo admito.
Al día siguiente comenzaban las pruebas, los exámenes y las simulaciones.
Él calentaba café.
—Me voy a dar una ducha amor, y luego te acompaño a tus pruebas.
—¿Y tú vas a acompañarme todo el día?, preguntó Jack.
— De ser necesario sí, respondió Eva —con una sonrisa pícara en sus labios.
— Debes tener mando y poder, para que me hables con tal afirmación, comentó Jack.
—No te imaginas cuánto, respondió Eva.
Rieron ambos y se contemplaron con la mirada fija que conectaba entre sí.
— Ya verás Jack, no te adelantes aún.
Eva caminó desfilando sus curvas hasta llegar a la ducha.
Jack no pudo perderse ese momento mágico.
Al cabo de un rato, Eva salió, se vistió y tomó del café que Jack había preparado.
—Dr. Jack, lo esperan, es hora de cumplir con su deber, respondió Eva con vos de mando.
Los dos salieron, uno, al lado de otro, cómo dos colegas profesionales y al llegar al salón de simulaciones, todos los soldados que estaban alrededor saludaron a Eva con el respeto de un alto mando.
—Descansen soldados, respondió Eva.
— Jack estaba tan sorprendido de lo que veía, no sabía con quién se había acostado, pensó.
— Bienvenido Dr. Jack, le habla el general Patrol de la fuerza Aérea y comandante de la misión Smart Stuart. Veo que ya conoce a la coronel Eva Stack de la fuerza espacial y comandante de operaciones de la NASA.
—No la conocía por tan destacado cargo o responsabilidad, respondió Jack mirándola con asombro.
— Jack, no te molestes conmigo, por favor.
—Todo parece premeditado, respondió Jack con un tono de vos molesto.
— Me tiré a mi jefa prácticamente, ¿no?
— Algo así Jack, respondió Eva con una sonrisa pícara en su cara.
— ¿Todo fue real o fingido?, preguntó Jack.
— Todo fue real Jack, tú me gustas y eso no lo puedo negar, respondió Eva.
— Ok Coronel, sigamos con los asuntos que nos compete, respondió Jack, volteando la mirada hacia otro lado, sin verla a la cara.
— Inicias entrenamiento en esta máquina, de aquí saltas a la siguiente prueba, y así hasta completar todas según la numeración de cada puesto.
— ¡Buena suerte! Jack, estaré en la sala de monitoreo, observando y cuidando de tus valores tanto de presión arterial, visión y equilibrio, así como de tu respiración también.
— Ok, muchas gracias coronel, es usted muy amable, respondió Jack.
— No me llames coronel, llámame Eva o bombón, bebé, amor, cómo tú quieras si — ¡Te quiero! Jack.
— Ok, trataré de ver con qué expresión me siento cómodo en llamarte, respondió Jack con una expresión de orgullo en su cara.
— Después hablaremos. Respondió Eva.
—Permiso, voy a trabajar Eva.
— Permiso concedido, respondió Eva con cierta risa disimulada.
Jack, subió al simulador espacial, luego paso a la trotadora, a pesar de la pocas fuerza que le habían restado o le quedaban, siguió con las pruebas y así hasta completarlas todas con éxito.
Jack disfrutaba de buenas condiciones físicas, eso lo demostraban las pruebas y fueron confirmadas con los resultados.
Jack estuvo descansando en una sala de recuperación, con una temperatura corporal que lo mantenía fresco y estaba hidratado con suero y toda clase de líquido y vitaminas, debido a la gran cantidad de nutrientes que se perdía en estas pruebas.
Faltaban dos días para el despeje. Todo era así de rápido por la emergencia de la situación.
¿Pero cuál situación, ameritaba tanta rapidez, en ser atendida?. ¿Un satélite?, si lo era, pero podía esperar.
"Órdenes son órdenes, pensó La coronel Eva Stack, quien se hacía preguntas sobre la misión, algo no le cuadraba muy bien, pensó."
Al cabo de una hora, despertó Jack, Eva se encontraba a su lado.
— Hola campeón, despertarte.
—Hasta soñé, ¿creo?, recuerdo que tú ibas conmigo en la misión y me ibas a matar, respondió Jack.
—Eva, soltó carcajadas, tú eres cómico Jack, no me hagas reír, ja, ja, ja.
—De que, yo estaré, contigo en la misión, es cierto, pero de aquí que, yo vaya a matarte, ¿Por qué lo haría Jack?.
—Solo fue una pesadilla, amor, disculpa, es que, todo esto, es confuso para mí, respondió Jack.
— Si, te entiendo, es mucha información que procesar, pero tú eres un ingeniero supercalificado, el mejor de la base, respondió Eva — Ambos sonrieron.
— Gracias por tus elogios, respondió Jack, mientras se levantaba de su cápsula de recuperación.
— Háblame de la misión Eva.
— Seguro que ya tendremos tiempo, amor para conversar y aclarar todas tus dudas.
— ¿Vas a pasar la noche conmigo, Eva?
— ¿Pues que, tú crees Jack?, claro que sí, no te voy a soltar, ni por un instante mi lindura.
—Te pido que no desconfíes de mí, tendrás que irte acostumbrando a mí, porque yo te cuidaré, de eso puedes estar seguro Jack.
—Si es así, creo que, no debo temer nada, respondió Jack.
—Y, no te preocupes, todas las dudas que tengas, te las aclararé en su debido momento Jack.
—Mañana partimos Jack, debemos descansar, porque el camino es largo, comentó Eva.
— Que descanses Jack, debes estar agotado aún por las pruebas.
—Si, aunque puedo hacerte el amor, insinuó Jack.
—Eva: ¿En serio?, ¿tienes ganas de mí?, yo siempre estoy dispuesta abrirte mi corazón y mis piernas, respondió con risa y cierta picardía en su mirada.
—Uno cortito porque hay que madrugar, o ¿prefieres que te lo haga en el lanzamiento? — ja, ja, ja, rieron los dos.
—Si se enteran, suspenden la misión o mejor dicho, nos graban en plena cápsula, ¿tal vez en el espacio?, comentó Eva.
Amaneció y el sol resplandecía desde muy temprano, faltaba una hora para presentarse en la plataforma de lanzamiento.
Jack y Eva se disponían a entrar a la sala de operaciones, bajaron las escaleras para colocar sus trajes espaciales. Cada uno tomó el suyo, según la identificación.
Al vestirse, dejaron descubiertas sus cabezas, estaban listos esperando a la otra persona que los acompañaría, era otro militar, pero de fuerzas especiales que, según los acompañaría para el rescate de la Dra. Susan, quien se hallaba perdida desde hacía ya unos meses — al menos eso le habían dicho a Eva.
La misión de Jack, era reparar el satélite, en un lapso no mayor a tres días.
La misión de la coronel era rescatar y traer a la Dra. Viva a la tierra.
La misión del soldado de fuerzas especiales, era resguardar la vida de los tripulantes, según decía el informe del personal en la misión espacial.
La plataforma estaba lista para el despeje.
—Aquí listo, esperando órdenes de torre de control, decía el portavoz de la sala de operaciones.
— Aquí la Coronel Eva, probando sistemas eléctricos, presión estable, presurización estable, combustible al máximo, contando la reserva. Computadora y equipos de comunicación funcionando. Todo listo y esperando órdenes para el despeje.
— Aquí torre de control, cielo libre y despejado. Comienza conteo en 10, 9,8,7,6,5,4,3,2,1,0.
—Listos y despegando, ahora.
— Subiendo a una altitud media de 20 metros sobre el nivel del mar, alcanzado cincuenta, cien, superando la altitud máxima alcanzada, saliendo de la atmósfera terrestre