En un salón de clases se encontraba Kanon, se recostó en su asiento, con la mirada fija en la ventana.
El sol de la mañana bañaba el salón con una cálida luz dorada. Recordaba vívidamente el día anterior, el momento en que había tomado la decisión de rendirse.
En el juego, había llegado a un punto en el que había perdido el control durante su enfrentamiento con Allen. La ira y la frustración lo habían cegado, llevándolo a cometer errores fatales. Había sido una derrota humillante, que había culminado en su expulsión de la academia. Después de ese incidente, Kanon desapareció de la historia.
Sabía que si se dejaba llevar por la misma intensidad en este mundo real, podría terminar de la misma manera.
No sentía una conexión sentimental con la historia. La veía más como una serie de eventos predecibles, con finales trágicos que se repetían una y otra vez.
Un escalofrío recorrió su espalda al recordar el día anterior después de dejar la arena de combate,se encontró con la profesora Anya un personaje secundario Pero con mucha importancia en la historia.
La reacción de la profesora Anya. Furiosa, lo había perseguido por los pasillos de la academia, exigiendo una explicación. Kanon había esquivado sus preguntas, dando vueltas y vueltas por los corredores, hasta que finalmente había logrado perderla de vista, suspiro Kanon "fuuaa que insistente fue" recordando lo sucedido.
[La profesora Anya, con el rostro enrojecido por la ira, perseguía a Kanon por los pasillos. Sus tacones resonaban en el suelo, mientras que Kanon se deslizaba ágilmente entre los estudiantes.
"¡Kanon, detente! ¡No puedes escapar de esto!" gritaba Anya, su voz resonando por todo el edificio.
Kanon se volvió, sonriendo irónicamente. "Lo siento, profesora, pero tengo cosas más importantes que hacer".
Sin esperar respuesta, Kanon se adentró en una de las aulas vacías y se escondió detrás de una pila de libros.
Anya entró en el aula, buscando con la mirada al joven. Al no encontrarlo, se dejó caer en una de las sillas, frustrada. "Ese chico..." murmuró.
Kanon, desde su escondite, observó cómo Anya se rendía y abandonaba el aula. Con una sonrisa traviesa, se levantó y estiró sus músculos. "Creo que me quedaré aquí un rato," pensó, acomodándose en uno de los pupitres. Después de todo, ¿quién necesitaba una cama cuando se podía dormir en una pila de libros antiguos?
Kanon se despertó al día siguiente con el sol entrando por la ventana. Bostezó y se frotó los ojos, sintiéndose un poco rígido. Se había quedado dormido en el salón, envuelto en una pila de libros.]
Justo cuando Kanon acababa de recordar lo sucedido, la puerta del salón se abrió de golpe.
La profesora Anya entró, su mirada recorriendo la habitación hasta posarse en Kanon.
"Ah, así que aquí estabas."murmuró.
Solto un susurro la profesora Anya, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos. "Pronto les daré a todos los datos de sus salones de clase y, por supuesto, las recompensas para los mejores del ranking de recién ingresados." Los alumnos están emocionados por las recompensas, mientras Kanon tranquilo sabiendo que recompensas obtendría asintió con la cabeza.
Anya hablo nuevamente a todos los estudiantes anunciado "Todos los estudiantes de primer año deben dirigirse al auditorio en diez minutos. ¡No se retrasen!" anunció la profesora Anya, su voz resonando por todo el salón.
Kanon sabía por qué habían convocado esta reunión tan pronto.
Era el momento de elegir las clases y subclases. Espadachín, mago, sacerdote, curador...
Kanon recordando todo sobre el mundo del juego y haber experimentado más de 5 años jugando el juego, se preguntaba si estaba preparado para enfrentar los desafíos que eso implicaba.
Sabiendo que solo es un milagro que este con vida y que en este mundo hay un sinfín de amenazas.
Lo que realmente le importaba era la estrategia, el análisis y la comprensión de las mecánicas del juego.
"Las clases y subclases son importantes," explicó Kanon en voz baja, más para sí mismo que para los demás.
Las clases y sub clases te dan puntos de habilidad adicionales en ciertas áreas. Por ejemplo, un espadachín mago podría tener más puntos en fuerza y maná, mientras que un curador podría tener más puntos en regeneración. Hay miles de combinaciones posibles."
Con un suspiro, Kanon se levantó y se dirigió hacia la puerta, junto con el resto de sus compañeros.
En su mente, Kanon visualizaba su ventana de estadísticas, viendo que aportaba cada una.
* Fuerza: El poder bruto detrás de cada golpe. Aumenta el daño físico infligido y la capacidad de cargar objetos pesados.
* Maná: La energía que alimenta los hechizos y habilidades mágicas. Influye en la potencia de los conjuros y la resistencia a la magia.
* Físico: La resistencia y durabilidad del cuerpo. Reduce el daño recibido, aumenta la salud máxima y mejora la resistencia a enfermedades.
* Velocidad: La rapidez de movimiento, ataque y reacción. Afecta a la agilidad, la evasión y la capacidad de esquivar ataques.
* Suerte: Un factor impredecible que influye en la probabilidad de éxito en diversas acciones, desde encontrar tesoros hasta evitar trampas, uno nace con la suerte predeterminada, es imposible subir.
* Línea de sangre: Una herencia genética que otorga habilidades únicas y rasgos distintivos. Los rangos de la línea de sangre determinan la potencia de estas habilidades:
* Común: Habilidades básicas y comunes.
* Rara: Habilidades más poderosas y poco comunes.
* Épica: Habilidades extraordinarias con efectos devastadores.
* Legendaria: Habilidades míticas con un gran potencial.
* Mística: Habilidades divinas con un poder inimaginable.
* Talentos: Habilidades pasivas que se desarrollan con la práctica y la experiencia. Los rangos de los talentos van desde F (más bajo) hasta EX (más alto) y determinan su eficacia:
* F-E: Habilidades básicas y rudimentarias.
* D-C: Habilidades útiles con un gran rendimiento.
* B-A: Habilidades poderosas que marcan la diferencia en combate.
* S-SS: Habilidades legendarias que desafían las leyes de la naturaleza
* EX: Habilidades Místicas que vienen con reglas para mantener el equilibrio del ser.
Además de estas estadísticas, existía una entidad conocida como éter. El éter era una energía vital que fluía por todo el mundo y que se conectaba con todo el cuerpo. Cuanto más fuerte era la conexión de un individuo con el éter, más poderoso se volvía.
Kanon sabía que la elección de su clase y subclase sería una decisión crucial. No solo determinaría sus habilidades y fortalezas, sino que también influiría en su futuro en este mundo y su vida en la academia.
Kanon se abrió paso entre la multitud de estudiantes de primer año que se agolpaban en la entrada del auditorio.
El lugar era inmenso, con una acústica que amplificaba los murmullos y risas nerviosas de los jóvenes. Al entrar, quedó boquiabierto ante el tamaño del escenario, que ocupaba casi la mitad del auditorio.
En el centro, sentado en una silla alta, se encontraba el director, una figura imponente con una larga barba blanca. A sus lados, diez profesores observaban a los estudiantes con expresiones serias, susurrando entre ellos mientras consultaban pantallas holográficas que flotaban frente a ellos.
Los estudiantes se acomodaron en las filas de asientos, sus ojos recorriendo el escenario y sus compañeros.
Kanon se sentó en la primera fila de hasientos, con una sonrisa confiada dibujada en sus labios. A diferencia de los demás, él ya sabía perfectamente qué clase elegiría.
Había estudiado a fondo todas las clases disponibles, en su anterior vida analizando sus fortalezas y debilidades. Tenía un plan claro y no dudaba ni un segundo.
Pasaron unos cinco minutos de incómodo silencio mientras los profesores intercambiaban miradas y los estudiantes se miraban entre sí con curiosidad. Una vez que todos los estudiantes estuvieron presentes, el director se levantó y se puso de pie. Con una voz profunda y resonante, anunció:
"Bienvenidos, nuevos estudiantes. Soy el director de la academia Kosmos Me llamo Halter Frentyl , Hoy darán un paso importante en su camino como aventureros. Frente a ustedes, encontrarán un libro mágico que les mostrará las clases y subclases disponibles. Al tocarlo, se les revelarán las opciones que mejor se adaptan a sus habilidades y aspiraciones."
Un murmullo de asombro recorrió el auditorio.
Un libro flotante apareció en el centro del escenario, emitiendo una suave luz dorada. Uno por uno, los estudiantes se levantaron y se acercaron al libro. Al tocarlo, una serie de símbolos luminosos aparecieron frente a ellos, representando las diferentes clases y subclases disponibles: espadachín, mago, soporte, invocador, alquimista, arquero, lancero, guerrero, sanador, domador y asesino.
Los profesores observaban atentamente cada elección, consultando las pantallas holográficas que flotaban frente a ellos. De vez en cuando, intercambiaban miradas significativas, y alguno que otro suspiro de sorpresa escapaba de sus labios. Anya, una de las profesoras, parecía especialmente interesada en los datos que aparecían en su pantalla.
Su expresión era sombría, y sus ojos se entrecerraban mientras miraba fijamente a los estudiantes.
Kanon, tranquilo y confiado, esperó su turno quedando dormido.
En ese momento tuvo un sueño.
En ese sueño, se encontraba en una habitación blanca, y la voz de su abuelo resonaba en su mente. Las palabras eran distorsionadas, pero pudo distinguir algunas frases:
("La... sabrás… cuál …es tu...…").
A pesar de la vaguedad del sueño, Kanon sabía que tiene que ver con la elección que estaba a punto de hacer.
Cuando llegó su turno, se acercó al libro flotante y lo tocó. Al instante, una serie de símbolos se iluminaron frente a él.
Sin dudarlo, Kanon seleccionó esas clases.
Los profesores intercambiaron miradas intrigadas. Anya, al ver las elecciones de clases de Kanon, apretó los puños con fuerza.
Sabía que este estudiante era diferente, y tenía la sensación de que su presencia iba a causar grandes revuelos en la academia. Viendo a Kanon con una gran sonrisa.
Una vez que todos los estudiantes hubieron seleccionado sus clases, se produjo un breve alboroto mientras los profesores entregaban a cada uno una placa y un reloj.
Las placas, de un metal frío y resistente, llevaban grabado el emblema de la academia y el nombre de cada estudiante. Servirían como identificación oficial dentro y fuera de Kosmos.
Los relojes, por su parte, eran dispositivos tecnológicos de apariencia elegante y funcional.
La profesora Anya, con una sonrisa enigmática, explicó sus múltiples funciones: "Con estos relojes podrán realizar diversas tareas, desde acceder a sus horarios hasta solicitar transporte dentro de la academia. Además, cada reloj está personalizado con sus datos personales. Por favor, ábranlo para conocer su salón de clases asignado".
Kanon, con una mezcla de curiosidad y emoción, activó su reloj. Una pequeña pantalla holográfica se desplegó frente a él, mostrando una interfaz intuitiva y fácil de usar. "Genial, son como los celulares del futuro", pensó para sí mismo. Mientras exploraba las diferentes funciones del dispositivo, se percató de algo curioso: "Es raro ver que la tecnología avanza en unas cosas, pero no en otras. Parece que aquí la tecnología siempre va de la mano de la magia".
Al revisar sus datos, Kanon se sorprendió al descubrir que había sido asignado a la clase S, la más alta de todas. Una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro.