El Renacimiento Del Espadachín Caído

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Synopsis

Prólogo

-Gran Ciudad Imperial de Alabanza-

El gran salón del palacio resplandecía con la luz de decenas de candelabros, cuyas llamas danzaban suavemente, reflejándose en los muros de mármol pulido. El sonido de las risas y murmullos llenaba el aire, mientras los nobles se reunían alrededor de mesas cubiertas con manjares exquisitos y copas de vino. Sin embargo, en una esquina apartada, lejos de las celebraciones, un grupo de hombres, específicamente 2 de los grandes pilares del mundo, Leonard -El Mejor Espadchin del mundo- y Lemel -El Mago Multi Elemental-, intercambiaban miradas y palabras cargadas de tensión.

 

—¡Felicitaciones, Leonard! Ya me veía que llegarías hasta aquí. Aunque, ¿quién diría que podrías alcanzar tanto, eh?

Lemel sonrió, pero sus ojos no acompañaban el gesto. Mientras hablaba, giraba lentamente la copa de vino en su mano, como si aquello fuera más interesante que la conversación. El sarcasmo en su tono era evidente.

—Oh... muchas gracias, Lemel. Siendo sinceros, llegué aquí como cualquier otro de ustedes. Bueno, si es que trabajaron tan duro como yo, claro.

Leonard inclinó ligeramente la cabeza, devolviendo la sonrisa con una cortesía tan pulida que rozaba la burla. Por dentro, saboreaba cada palabra.

( Menudos hipócritas estos tipos. Qué divertido ver cómo se revuelven en su propia envidia. )

—¡Jajaja, sí! Todos hemos sido igual de trabajadores. Tal vez no te importaría demostrar tus habilidades ante mi rey aquí presente.

La risa de Lemel era demasiado fuerte, casi forzada. Dio un paso hacia Leonard, inclinándose ligeramente, como si buscara retarlo directamente. La tensión en su voz traicionaba sus intenciones.

( Hijo de puta, veamos si te luces tanto frente al rey. )

—¿Qué es lo que quieres decir?

Leonard levantó una ceja, dejando caer la pregunta con un tono tranquilo, pero sus ojos permanecían fijos en Lemel. Había aprendido que, a veces, un silencio controlado era más efectivo que cualquier insulto.

—Oh, solo que sería bueno mostrarle a nuestro rey las grandes defensas con las que cuenta nuestro hermoso y preciado reino.

Lemel alzó las manos como si estuviera proclamando algo noble, pero su sonrisa burlona lo delataba. Cada palabra estaba cargada de malicia.

( Es aún más divertido cuando te haces el tonto, idiota. )

—Ya veo. ¿Por qué no? Claro, estaré encantado de ayudarte a demostrar el poder de "tu" Reino.

Leonard dejó escapar una breve risa, fría y cortante. Dio un paso hacia Lemel, inclinándose apenas, con la confianza de alguien que sabe que está dos pasos por delante.

( Ja, sigamos tu juego. Solo espero que estés preparado para perder. )

 

¡Atención! El rey hará un anuncio.

El murmullo de la multitud comenzó a calmarse lentamente. Todos se giraron hacia el trono, donde el rey, una figura imponente, alzó la mano, haciendo que el salón entero quedara en silencio. Su voz resonó con autoridad, arrastrando la atención de todos los presentes.

Me han informado que, aquí presentes, dos de los grandes pilares quieren batirse en un duelo para dar una pequeña muestra de lo que son capaces las mejores defensas del mundo, Así que, con respeto a mi autoridad, les otorgaré el debido derecho a hacer un duelo. ¡Todos! ¡Miremos esta maravillosa demostración!

El rey, rodeado por los nobles que llenaban el majestuoso salón, dejó que su proclamación se asimilara por unos momentos. Las grandes columnas de mármol del palacio brillaban a la luz de las lámparas de aceite, proyectando sombras largas que acentuaban el aire solemne del lugar. Los murmullos cesaron por completo, y la atención estaba ahora completamente sobre los dos combatientes.