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Chapter 6 - Acto I — Capitulo 5 — Vieja misteriosa

La sala de subastas se llenó de murmullos cuando Lam Fei subió al estrado. Su presencia, imponente y elegante, hizo que el ruido se disipara rápidamente. Sus ojos escarlata recorrieron la multitud con un brillo calculador antes de tomar la palabra.

—Damas y caballeros, bienvenidos a la Subasta de la Luna Carmesí —su voz resonó clara y seductora, captando la atención de todos—. Hoy, entre los artículos que presentaremos, encontrarán tesoros invaluables, objetos que pueden cambiar el destino de un guerrero o el curso de una batalla. Espero que sus bolsas estén tan llenas como su ambición.

Su comentario provocó algunas risas entre los nobles y mercenarios presentes.

Con un leve movimiento de su mano, una asistente trajo el primer objeto de la noche, colocado sobre una bandeja cubierta con una tela roja. Lam Fei la retiró con un gesto fluido, revelando una pequeña botella de jade con un líquido dorado en su interior.

—Para comenzar la velada, tenemos el Elixir del Loto Celestial. Refinado por un maestro alquimista, este elixir puede purificar impurezas en el cuerpo y aumentar la afinidad con el Arcam en un veinte por ciento. Ideal para aquellos que han alcanzado un cuello de botella en su cultivo.

Los ojos de varios cultivadores brillaron con codicia.

—La puja comienza en quinientas monedas de oro.

—¡Quinientas cincuenta! —exclamó un hombre desde la parte baja de la sala.

—¡Seiscientas! —intervino una mujer de un clan menor.

Las ofertas subieron rápidamente, con varios nobles y jóvenes talentos intentando asegurar el elixir para su propio avance. Desde su balcón, Xiay Nozen observaba con calma. Aunque el elixir era tentador, no era su principal objetivo en esta subasta.

Lam Fei sonrió al ver la feroz competencia y levantó la mano.

—¡Doscientas cincuenta piedras espirituales! —Una voz desde uno de los palcos VIP resonó en la sala.

El lugar quedó en silencio. Pagar con piedras espirituales en lugar de oro significaba que el postor tenía acceso a recursos de alto nivel.

—Doscientas cincuenta piedras espirituales, ¿alguien más? —preguntó Lam Fei con una sonrisa triunfal.

Tras un momento de duda, los demás competidores se rindieron.

—¡Vendido! El Elixir del Loto Celestial es para el distinguido invitado del palco número tres.

El ganador permaneció en las sombras, sin mostrar su rostro.

Lam Fei aplaudió dos veces y la asistente trajo el siguiente objeto. Esta vez, era una caja de obsidiana con inscripciones antiguas.

—Ahora, presentamos un objeto mucho más raro. En esta caja se encuentra una Piedra de Corazón de Bestia, extraída del núcleo de una bestia de nivel Emperador.

Un murmullo recorrió la sala. Las Piedras de Corazón de Bestia eran extremadamente valiosas para los cultivadores que querían fortalecer sus cuerpos o armas.

—La subasta comienza en ochocientas monedas de oro.

Las ofertas no tardaron en llover.

Desde su asiento, Xiay entrecerró los ojos examinando los demás palcos, las familia nobles de la ciudad se encontraban en los palcos 4 y 5, no veía rastros de las demás familias. Ni siquiera de la familia rival, un poco aliviado por eso suspiro y se relajo en su asiento.

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Lam Fei, después de vender la piedra de corazón, esperó a que el murmullo en la sala se calmara antes de dar dos suaves palmadas. Una asistente se acercó con otra caja, esta vez hecha de un metal oscuro con patrones grabados en su superficie. Un leve sonido de electricidad crepitó en el aire cuando la abrió, revelando un pergamino antiguo con runas resplandecientes de color azul y dorado.

—Damas y caballeros, lo que tenemos aquí es un Pergamino de la Técnica del Trueno Celestial. Un arte de cultivo de tipo rayo de rango Tierra Alta, encontrado en las ruinas de un antiguo soberano del trueno. Su dominio no solo aumenta la velocidad del cultivador, sino que también permite manipular relámpagos con el poder suficiente para atravesar una muralla de acero.

El impacto de sus palabras se reflejó en las expresiones de los postores. Las técnicas de tipo rayo eran escasas y codiciadas, sobre todo aquellas con un linaje puro.

—La puja comienza en mil doscientas monedas de oro o ciento veinte piedras espirituales.

—¡Mil trescientas monedas de oro! —exclamó un anciano de túnica azul en la zona baja.

—¡Mil cuatrocientas! —respondió una voz desde un palco bajo.

Los precios siguieron subiendo a gran velocidad. Sin embargo, un nuevo postor alzó su oferta con voz firme:

—Ciento cuarenta piedras espirituales.

El silencio cayó sobre la sala. Alguien con ese nivel de riqueza no era un comerciante común. Lam Fei sonrió.

—Ciento cuarenta piedras espirituales ofrecidas desde el palco número siete. ¿Alguien más desea competir?

No hubo respuesta y tras unos segundos.

—Vendida —anunció Lam Fei con satisfacción.

Acto seguido, chasqueó los dedos y otra asistente trajo una caja esmeralda, cubierta por un aura de viento en espiral. Lam Fei retiró la tapa con cuidado, revelando un segundo pergamino con inscripciones que flotaban sobre su superficie como hojas al viento.

—Este es el Arte del Filo Tempestuoso, una técnica de tipo viento de rango Tierra Pico. Aumenta la agilidad y permite realizar cortes afilados con simples movimientos de las manos o armas. Un verdadero tesoro para los cultivadores veloces.

Las expresiones de varios postores se endurecieron. Técnicas de tipo viento de ese nivel eran aún más raras que las de rayo, y su versatilidad las hacía extremadamente valiosas.

—La subasta comienza en mil quinientas monedas de oro o ciento cincuenta piedras espirituales.

Las ofertas no tardaron en elevarse una vez más.

Desde su palco, Xiay Nozen se cruzó de brazos, observando con calma. Aunque el clan Nozen se especializaba en fuerza bruta y técnicas destructivas, una técnica de viento de ese calibre podría ser útil en manos de alguien con talento...

—Ciento ochenta piedras espirituales.

Una oferta desde el palco VIP número cuatro resonó, superando todas las anteriores.

Lam Fei sonrió con diversión.

—Ciento ochenta piedras espirituales, ¿alguien más?

El silencio indicó que la subasta estaba decidida.

—¡Vendida al ilustre postor del palco número cuatro!

Con dos artículos de gran valor subastados, Lam Fei se tomó un momento para observar a la audiencia. Sus ojos se posaron un instante en el palco del clan Nozen antes de continuar.

—Ahora… pasemos a un objeto que incluso yo considero especial.

Una nueva caja fue traída al escenario, cubierta con un sello dorado que irradiaba una presión inusual.

Los murmullos regresaron.

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—Jaaya, este chico de en verdad se encontró con un problema.— La voz de una mujer resonó en las cercanías del lugar donde Inei se encontraba meditando con una expresión de dolor y cansancio.

Una aura azuleja lo rodeaba y había varias líneas azulejas que recorrían su cuerpo ya sea por dentro del cuerpo o por el exterior. Pronto otra aura lo rodeo, pero esta es de un color grisáceo.

Consumió las líneas que recorrían el cuerpo de Inei y volvió a entrar en su cuerpo, para después de unos momentos volver a salir pero está vez en forma de nube. 

Se alejo un poco del cuerpo de Inei, hasta llegar al borde del barranco, entonces la nube se condenso creando una nube más grande, nube que con un poco de tiempo se empezó a transformar en la imagen de una mujer.

Largo cabello blanco, cuerpo bien formado y dotado pero nada exagerado, vistiendo una túnica blanca, sus pies descalzos tocaron el frio pasto. 

Soltó un suspiro antes de voltearse para ver de mejor manera al chico con sus ojos grises brillantes. —Demonios eres igualito a ella...— Susurro acercándose con pasos ligeros.

Se arrodillo frente a Inei y acerco una mano hacia el pecho del chico. —Tres años sin entrenar causaron que el Arcam en tu cuerpo se espese lo que lo hace más difícil de controlar ahora—.

Con un pequeño esfuerzo, ella movió un poco de su Arcam hacia el interior del cuerpo de Inei.

la energía blanca entro en el cuerpo de Inei, entrando en su venas y arterias persiguiendo aquellos rastros de Arcam condensado.

Cuando el Arcam de la mujer atrapo todos los residuos de Arcam, la expresión de Inei se relajo y este soltó un suspiro aliviado. La cabeza de Inei cayo hacia delante, mientras la mujer lo observaba con una expresión indiferente.

La mujer de cabello blanco retiró su mano lentamente del pecho de Inei, observándolo con calma mientras su respiración se volvía más estable.

—Tres años sin entrenar… —murmuró con un deje de reproche en su tono—. Me sorprende que no hayas explotado con semejante carga en tu cuerpo.

Se levantó con elegancia, cruzando los brazos bajo su pecho, mientras lo contemplaba con sus ojos grises brillantes. La brisa nocturna agitó su túnica y cabello, haciendo que su silueta etérea se viera aún más mística bajo la luz de la luna.

Inei, ahora aliviado de la presión en su cuerpo, parpadeó un par de veces antes de abrir completamente los ojos. Su mirada, aún algo pesada por el desgaste de la meditación, cuando abrió sus ojos, se topo con unos pies bastantes lindos, intrigado alzo un poco su cabeza, hasta encontrarse con el rostro de la mujer. 

—Tú… —su voz sonó ronca, y tardó un momento en reaccionar completamente—. ¿Quién eres?

La mujer ladeó la cabeza, con una expresión pensativa.

—Digamos... Que soy una conocida niño—. Bajo sus brazos para colocarlos ahora en su cintura.

—¿Conocida...?.— Repitió Inei un poco confundido, la mujer asintió con una suave sonrisa y extendió su brazo derecho hacia la mejilla de Inei. 

—Eres igualito a tu madre y no hablo solo de la apariencia— La mirada de la mujer paso de una un poco alegre a una de tristeza mientras se levantaba.

—Mayor...¿Puedo saber su nombre?— Pregunto Inei, juntando sus manos en un gesto Oriental. La mujer camino un poco más hasta acercarse al borde, llevo sus manos detrás de su cintura y se dio la vuelta nuevamente hacia Inei.

—Mi verdadero nombre por tu seguridad no te lo diré, pero puedes llamar Scathath... O si quieres cumplir con la promesa de tu madre, llámame maestra—.