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- ¡Oh, hola Boruto! -dijo una voz femenina por detrás.
- ¿Eh? -en eso se voltea para ver quien es-. Oh, cuánto tiempo... Mirai. ¿Cómo está Kurenai?
-Bien, aunque muy triste porque no la has visitado en algún tiempo -dijo Mirai formando un circulo con dos dedos que metía y salía con la lengua.
- ¿Eh? -quedo asustado, ya que pensó que Kurenai le había contado lo de ellos dos.
-tranquilo, no le diré a nadie que prácticamente todas las mujeres hermosas de Konoha son tus muñecas -le susurro Mirai al oído al rubio, que después lo llevo con la mano hacía un callejón y oscuro que nadie pasa ni ve nada.
-También me informaron que fallaste a la gorda, Chouchou -dijo Mirai quitándose poco a poco su ropa.
- ¿Cómo lo supiste? -preguntó nervioso.
- Tranquilo, no le diré a nadie que la violaste. Pero a cambio me tendrás que satisfacer -dijo Mirai quitándose toda su ropa y dejando a ver unas tetas y un culo aceptables.
- Bien, creo que no tengo otra opción -dijo Boruto quitándose los pantalones y dejando ver una verga de 45cm bien erecto.
- ¿Acaso tienes otra opción? -preguntó coquetamente Mirai acercándose y agarrándole la verga y haciéndole un masaje.
- Claro que no -en eso la empuja hacia la pared y la comienza a besar mientras pasa por su vagina su verga. Y así pasaron dos minutos.
- Hora del plato principal -dijo Boruto. Asintió Mirai, y en eso se voltea para quedar frente a la pared, mientras que Boruto le coloca su verga a la boca de la vagina-. Bien, aquí vamos.
- ¡¡¡HAAAAAAA!!!
-¿He? Con que eras virgen -dijo Boruto mirando como sale la sangre mientras comienza a moverse rápido.
- P-Por favor... no tan rápido... !HAAAAA!
- Tu comenzaste con todo esto, ahora no te quejes -en eso comienza a manosear las tetas de esta.
- ¡HAAAAA! N-No hagas e-eso -dijo excitada y sonrojada.
- Ni siquiera estoy calentando -dijo Boruto aumentando el ritmo.
- ¡Haaaa!
-No grites, sabrán que algo está pasando aquí -dijo mientras que seguía penetrándola cada vez más duro y manoseándola. Y así pasaron unos minutos sin que nadie de la calle se diera cuenta.
- ¡Haaaa... Me voy a correr! -grito Mirai mientras que Boruto la seguía manoseándola las tetas y penetrándola.
- Corrámonos juntos -dijo Boruto al sentir que también está al límite.
- ¡¡¡HAAAAAAA!!! -gritaron los dos al unísono al soltar la carga Boruto.
-t- todavía se está corriendo -dijo Mirai viendo como se desparrama la semilla del Uzumaki.
-¿Lista para la segunda ronda? -preguntó Boruto, pero ya está desmayada-. Demonios, todavía la tengo parada. ¡Haaa! Kurenai -sonrió al recordar la madre de Mirai.