```
—Era un barco de madera lo suficientemente grande como para albergar a cien personas. Las tablas oscuras brillaban contra el sol naciente, las velas blancas hinchadas como si estuvieran soplando mientras atracaba frente a nosotros. Pero no había viento, y obviamente no había agua para que navegara.
—¿Un barco que se mueve con poder espiritual? —Wen Shiyin llegó primero a la conclusión y lanzó una mirada hacia Xie Lun—. ¿Tú hiciste esto?
—No soy constructor de barcos —se rió Xie Lun—. El Portero compró el barco. Yo solo hice algunas adiciones para que navegara de forma distinta.
—¿Solo? —Qi Lian interrumpió—. Modificaste las lonas, las cabillas, el timón... Es prácticamente un barco nuevo ahora con todos los nuevos mecanismos y fuentes de poder. —Se giró hacia Wen Shiyin y hacia mí—. ¿Y os he dicho que este cacharro se dirige por sí solo? Todo lo que necesita es un suministro de poder espiritual y un destino. Nadie tiene que manejarlo en todo nuestro camino al Templo de Jade.