—No tengo ningún interés en ti —dijo Shen Li, mirando la cara vistosa de Huo Tianqi—. Espero que puedas ser el hombre refinado que dices ser.
Después de hablar, Shen Li cerró los ojos de nuevo, indicando que quería descansar.
Huo Tianqi estaba desconcertado. No es que fuera excesivamente confiado, pero ninguna mujer lo había tratado de esa manera. Desde joven hasta viejo, ya sea por su personalidad o por su poder, las mujeres acudían a él. Shen Li, sin embargo, podía permanecer tan indiferente. Ya fuera su molestia anterior, su forma de jugar con él, o ahora expresando que le gustaba y tenía interés en ella, permanecía fría, distante, como diciendo, "haz lo que quieras."
—¿Tampoco te interesan los asuntos relacionados con Shen Yu? —preguntó Huo Tianqi, sacando su carta ganadora.
