—El marisco en La Torre Mirando al Río siempre ha sido materia de leyenda en la Ciudad N. La leyenda decía que uno tenía que hacer una reserva con un día de anticipación, y aún teniendo suerte de conseguirla, tendría que hacer fila la próxima vez. En cuanto a entrar directamente, el personal solo diría: "Lo siento, pero estamos completamente llenos".
La Señorita Shen también había pensado en darse un lujo en este lugar después de recibir su cheque de pago, pero la idea de hacer cola era simplemente demasiado molesta. El lío de hacer reservas y esperar en fila todo un día solo por una comida parecía que no valía la pena.
—Soy uno de los accionistas de este restaurante —dijo Shang Chen con una sonrisa—. De ahora en adelante, solo dales mi nombre y te garantizo que no tendrás que hacer cola.
La Señorita Shen, que estaba disfrutando del servicio de las bellas damas, no pudo evitar decir:
—Eso es realmente agradable.