La noche había caído y la antes algo aburrida Mansión de la Familia Shen había cobrado vida.
La mansión estaba iluminada con luces por todas partes y, desde el helicóptero arriba, se asemejaba a un gran club de lujo, con luces centelleando abajo y fuegos artificiales floreciendo en el cielo, una prosperidad y bullicio sin precedentes, llenos de gloria interminable.
—En realidad, no me agrada mucho la Anciana Señora Shen, y preferiría no asistir a los eventos de la Familia Shen si puedo evitarlo —dijo Shen Li, mostrando una cara de disculpa y sintiéndose también algo inquieta.
Tras firmar el nuevo contrato, Huo Siyu había indicado que lo sucedido era cosa del pasado, pero aún así la había traído al banquete de la Familia Shen, lo que siempre la dejaba sintiéndose un poco ansiosa.
En estos banquetes, era inevitable encontrarse con Shen Yu.
—¿Por qué no asistirías? —preguntó Huo Siyu con una risa ligera, mirando la cara culpable de Shen Li.
