Shen Li había estado prestando mucha atención a las noticias los últimos días, principalmente para averiguar cómo avanzaba el caso de Jian Hao. El Jian Hao que, según Dongfang, nadie debería provocar jamás, ahora estaba en conflicto con alguien hasta el punto de ir a juicio. ¿Cuál sería el resultado?
¿Intervendría alguna persona misteriosa y suavizaría las cosas? ¿O, tal como dijo Dongfang, terminarían muertas las personas que ofendieron a Jian Hao?
Como resultado, Fatty Cheng murió, su cuerpo desmembrado en dieciocho pedazos, y luego reensamblado como una obra de arte, excepto por el rostro, que mostraba una expresión de absoluto horror.
—¿Cómo puede ser esto... —murmuró Shen Li para sí misma, completamente atónita.