—No creas que podrás salirte con la tuya llorando, más te vale que me expliques ahora mismo qué quisiste decir con lo que acabas de decir —dijo Huo Siyu con voz fría.
Shen Li estaba asustada, mirando fijamente a Huo Siyu, cuya tez era muy poco atractiva, un preludio de la ira.
Últimamente, siempre habían estado en un período dulce, y hace mucho que no lo veía así. Esto también era lo que más odiaba; él podía cambiar de actitud de repente y asustarla hasta morir.
—Acabas de decir que, si ya no te quiero, te irás inmediatamente y no te aferrarás. ¿Es eso realmente lo que piensas? —preguntó Huo Siyu, su voz no tan llena de ira como antes, pero aún rebosante de frialdad.
—No, no es eso —dijo Shen Li, sacudiendo la cabeza repetidamente, su cuerpo temblando ligeramente mientras explicaba rápidamente—. Fue el Tío Tercero Huo quien me provocó primero, hablé sin pensar...
