—Lucy siempre había sido de carácter fuerte; eso fue lo que le atrajo de ella en primer lugar, y se convirtió en su perdición.
—Recibió una llamada estando en Piedraluna, de que ella estaba en posesión de la banda y que necesitaba pagar por su liberación; después había enviado a los hombres.
—Jael sabía que habían llamado al primer contacto de ella, pero ni siquiera le importó pagar el triple.
—Pagó en cuanto recibió la llamada y tan pronto como regresó a Haines, se puso en marcha para encontrarla.
—Realmente no debería haberle sorprendido no poder contactar a los miembros de la banda después de pagarles, incluso los malhechores sabían no caer en un timo tan básico.
—Pasó el resto de la noche buscando y al llegar la media mañana, dio con su base.
—Casi había sido irónico que fuese el mismo recuerdo único de su niñez, pero...
—Llegó demasiado tarde.
—Lucy ya estaba muerta y apretaba a su hermano como si hubiera estado intentando protegerlo.