Caspian se sonrojó ante sus palabras, lo cual era algo redundante considerando que ella había revisado cada centímetro de su piel, y más.
No podía culparla por sus palabras, descubrir que tenía una costilla rota y contusiones en el hombro fue suficiente para hacerlo muy receptivo.
Ella también había hecho algunas pruebas de sangre, pero tomaría un tiempo recibir los resultados.
La puerta se abrió para revelar a Jael, el Beta se apoyó en el marco de la puerta, con una máscara de calma en su rostro.
—¿Podemos irnos, doctora?
Brianna le entregó a Caspian una bolsa de papel, —Sí, y necesitaré que te asegures de que Caspian descanse lo suficiente —dijo con firmeza, sosteniendo la mirada de Jael.
El doble sentido en sus palabras era claro, y Jael pensó que al menos podría hacer eso.
—¿Podemos almorzar juntos? —Caspian lo soltó después de despedirse de Brianna.
Estaban en el estacionamiento, caminando lánguidamente hacia el coche.
