—Nadie podría imaginar cuánto quería Aiden confrontar a Arwen por haberlo olvidado, por haber olvidado el tiempo que habían pasado juntos... pero tenía miedo —miedo de saber algo que no podría soportar. Tenía sus explicaciones listas, pero temía que ya fuera demasiado tarde para dárselas.
—Como estaba al borde de perder la conciencia, puede que no lo recuerde muy claramente, pero sí llevo vagos recuerdos de las cosas que pasaron ese día. Te oí llamándome varias veces —dijo Arwen, su voz distante mientras intentaba reconstruir su memoria fragmentada de esa noche—. Y con cada llamada, sentía que eras alguien familiar. Alguien que me había conocido —alguien a quien yo había conocido.
—Tú dime —¿me conoces? —preguntó él, su voz cargada de emoción, abrumado por sus palabras. Ella claramente reconocía el efecto que él tenía sobre ella, sin embargo, eligió no reconocerlo. Sus ojos se volvieron agudos, exigiendo una respuesta, fijando su mirada en la de él.
