Al dar sus palabras de consejo, Michael se volteó para irse. Sus pasos resonaron a lo largo del pasillo del hospital. Dejada sola, Delyth se mordió el labio mientras la frustración hervía bajo la superficie. Había querido celebrar su pequeña victoria, pero las palabras de Michael la roían, recordándole la verdad que trataba de ignorar: Ryan no estaba haciendo esto solo por ella.
Ella podría haberse obligado a creer lo contrario, pero en el fondo, sabía que detrás de todo, su única intención real era recuperar a Arwen a su lado.
—¿Por qué, Ryan? ¿Por qué? —los dedos de Delyth se apretaron fuertemente alrededor de las sábanas—. Arwen finalmente te ha dejado para siempre. ¿Por qué no puedes tú dejarla también? ¿No dijiste que no la amas? Entonces, ¿qué es esta obsesión? ¿Por qué estás tan obsesionado con él? ¿Por qué?