El festival para celebrar el exitoso celo del Rey de los Hombres Bestia finalmente había terminado después de cinco días, y el nuevo año acababa de empezar.
El invierno se estaba volviendo más frío que antes, y era tortuoso para Swan, cuyo cuerpo se debilitaba cada vez más.
Hoy se quedó en el baño mucho tiempo, al menos más de lo usual. No para bañarse, sino porque se sentía con náuseas.
—Ugh... ¿Qué me pasa? —se preguntó Swan mientras miraba su reflejo en el espejo. Se había sentido enferma durante dos días. Tenía náuseas, debilidad e incluso algo de fiebre, pero solo duraba unas horas por la mañana.
Las náuseas desaparecían alrededor de la hora del brunch, pero se sentía fatigada todo el día. Por supuesto, trataba de hacer su mayor esfuerzo para no mostrar ningún signo de fatiga o enfermedad frente a su esposo, temiendo que Gale entrara en pánico ya que parecía estar demasiado preocupado por ella.
