—Pero la Señora Jade dijo que me haría la criada principal si puedo matar a Cisne —exclamó Alice.
—¿Y tú te lo crees? —Aria suspiró—. Lo siento, Alice. Si solo tuviera mi poder sagrado, podría matar a Cisne con facilidad. Pero ella es una poderosa bruja oscura. Si incluso una Santa como yo no pudo hacerle nada, ¿crees que un simple veneno podría? —La respuesta era obviamente no.
Alice ya estaba tan metida en el hoyo, y se había dedicado a matar a Cisne por órdenes de la Señora Jade. No pensaba que la Señora Jade la engañaría, pero la Señora Jade era mucho más influyente y poderosa que ella. Si planeaba hacer de Alice el chivo expiatorio, entonces Alice solo podría culparse a sí misma por caer en la trampa.
Las palabras de la Princesa Aria le hicieron darse cuenta de la gravedad de su situación y comenzó a sentir miedo.