—Entonces, ¿qué vas a hacer con esta información, Mi Señora? ¿Va a buscar a un chamán para deshacer los hechizos? —preguntó el sirviente—. No siento nada malo en mi cuerpo y mente, pero si la Princesa Swan es verdaderamente una bruja, entonces debe ser una poderosa, probablemente nacida para serlo.
—Sospecho lo mismo. Swan debe haber nacido con ese poder oscuro. Quiero que llames a un chamán lo antes posible, pero no le digas a nadie en el castillo aún. Envía al chamán a mi habitación, así puedo consultar con él —ordenó Jade—. Por ahora, quiero hablar con Su Majestad sobre este asunto.
—Pero, si Su Majestad está profundamente influenciado por el lavado de cerebro, ¿no sería peligroso para usted, Mi Señora?
—Oh, no te preocupes por mí. Encontraré la manera de hacerle dudar de su amor —Jade sonrió con malicia.
—Gale estaba ocupado en la sala del trono cuando Jade de repente entró y le dijo al soldado que se fuera, quedándose solo los dos.
