—Cisne abrió los ojos y se dio cuenta rápidamente de que había vuelto a su dormitorio en el castillo —murmuró ella para sí—. Miró a su alrededor y se sintió aliviada al ver que Gale aún no había regresado, por lo que era poco probable que supiera su secreto.
No obstante, aún estaba nerviosa porque era la primera vez que estaba completamente consciente mientras estaba rodeada por la luz de la Diosa —pensó, con cierta intranquilidad.
Estaba dormida cuando ayudó a Roca a escapar del calabozo antes y lo mismo había ocurrido cuando curó la cicatriz de la quemadura de Aria —recordó—. No fue el caso esta vez.
Esto podría ser algo bueno porque parecía que tenía más control sobre su misterioso poder que antes —razonó.