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—No tengo ningún otro método. Sin embargo, puedo aliviar el dolor, ya que su pierna ha sido deformada, debe haber sido doloroso de vez en cuando. ¿No es así, princesa? —le preguntó Matoa a Cisne, y esta asintió débilmente.
—Usualmente duele más en invierno, o cuando el aire se enfría —reveló Cisne con honestidad—. Odiaba el invierno en Santa Achate porque su pierna le dolía terriblemente además de soportar cualquier castigo o tormento que Aria le diera.
—Entonces, puedo darte un medicamento tópico para calentar tu pierna. Úsalo diariamente, y el dolor debería adormecerse —aconsejó Matoa.
—G-¡gracias, doctor! Lo aprecio —Cisne estaba un poco triste porque no podía curarse de su invalidez, pero había aceptado su destino hace tiempo, y un medicamento que ayudara a adormecer el dolor invernal era más que suficiente para ella.