Cisne no pudo esconder su sonrisa en absoluto. Estaba tan aliviada que quería abrazar al doctor milagro.
Sin embargo, aún tenía una pregunta más que hacer con respecto a su situación con Gale. El embarazo y todo lo demás suponía ser la respuesta a una simple pregunta.
—¿Eso significa que Gale y yo somos compañeros destinados?
…
La sonrisa en el rostro del doctor milagro se desvaneció lentamente, y quedó inmediatamente en silencio.
Al ver su reacción, la sonrisa en el rostro de Cisne también disminuyó, mientras el miedo comenzaba a colarse en su corazón. No tenía sentido estar embarazada si su hijo no iba a ser amado por su padre también.
—¿Eso es... un no? —preguntó Cisne—. Pero dijiste que el embarazo sería la señal de un compañero destinado entre nosotros, ya que Gale no puede embarazar a mujeres que no sean su destinada.