Jade lo escuchó todo.
Había estado trabajando cerca de la sala del trono y logró escuchar la conversación de los guardias mientras estaban de muy buen humor.
—Una vez que Matoa llegue y confirme el embarazo de Su Majestad, finalmente se reconciliarán y las cosas volverán a la normalidad —comentó un guardia mientras se dirigía a almorzar.
—Mhm. No soporto esta guerra fría entre ellos. Por cierto, ese doctor milagro llegará por la noche, ¿verdad?
—¡Sí! Jaja, ¿recuerdas lo que Su Majestad dijo después de saber eso?
El otro guardia bestiahombre se rió —¿Sobre cómo se bañará en su lago mientras la Reina Cisne se hace revisar por Matoa? Es obvio que quiere aparearse después de limpiarse.
Los guardias bestiahombres reían, pero Jade, que lo escuchó todo, no estaba divertida.
No esperaba que Matoa llegara tan pronto. Pensó que tomaría al menos otra semana para que viniera.
