—¡S-Su Majestad! —Meredith se alarmó. Ella rápidamente se apartó del Rey Bestia, temiendo haberle ofendido a causa de su torpeza—. Perdone, Su Majestad. E-Estaba ocupada limpiando la alfombra, ¡n-no sabía que ya estaba aquí!
Las orejas y la cara de Meredith estaban rojas, y por un segundo cuando Meredith estaba cerca de él, él pudo oler un leve aroma a bayas silvestres. Gale aún no tenía ninguna opinión acerca de esta humana, y honestamente, no le importaba mucho porque estaba ocupado pensando en cómo encontrar a Matoa y hacer que Cisne se sienta feliz acerca de su embarazo.
Pero tenía una pregunta en mente para ella:
—¿Acaso los guardias no les dijeron a los sirvientes sobre esta habitación? La usaré solo por ahora, así puedo dormir en el mismo piso con mi esposa.