Meredith fue llevada por la guardia al cuarto de las criadas donde le dieron un uniforme de criada, ropa de cama y su primera comida después de un tiempo.
Las otras criadas la miraban con suspicacia, ya que no les gustaba que una extraña irrumpiera en sus aposentos, especialmente cuando esa extraña era una humana.
Algunas de las criadas ya albergaban un desagrado hacia la Reina Swan porque era humana. A pesar de todas las cosas buenas que Swan había hecho, aún pensaban que no merecía ser su Reina ya que no tenía la capacidad física a diferencia del Rey Bestia.
Sin embargo, no se atrevieron a enfrentarse directamente a Meredith, ya que la guardia les dijo que estaba bajo la protección de Su Majestad.
Excepto por una criada veterana, una bestiahombre gacela, que se acercó a la cama de Meredith y preguntó con un tono algo arrogante y desafiante:
—Bienvenida al cuarto de las criadas beastiahombres. Escuché de la guardia que tu nombre es Meredith, ¿cierto?