Gale soltó a su esposa. Cuando Cisne intentó alcanzar su brazo, él lo esquivó rápidamente, haciendo que su mano solo agarrara aire.
Se levantó de la cama y dio un paso atrás para asegurarse de que Cisne no pudiera alcanzarlo.
—Nunca te mataré, no importa lo que hayas hecho. Sigues siendo mi amada, pero no puedo dejarte sin castigo, Cisne —dijo Gale.
El corazón de Cisne se hundió tras su declaración.
Ella no era la más amable ni la más sincera. Mintió y ocultó la verdad muchas veces, ya fuera sobre Rock o sobre su poder, ya que temía que Gale la matara.
Al igual que el resto de los humanos ahí fuera, Cisne anhelaba consuelo y una vida hermosa. Estaba dispuesta a mentir si eso significaba mantener su vida tranquila con su amado esposo.
Sabía que había cometido un error y merecía ser castigada por su pecado, incluso si el castigo no era la muerte.