—Siento celos de que ames más a Valeric que a mí —Nix extendió sus brazos hacia ella.
—Eso no es cierto. Solo es mi favorito —Ella se rió, pero en el segundo en que su mirada se cruzó con la de Diego, su expresión cambió rápidamente. Estaba rebosante de mala intención.
—¡Oye, no me mires así! —Diego le señaló con el dedo, su pecho subiendo y bajando con respiraciones pesadas—. ¡Pequeño diablo!
—¿Qué tipo de hermano señala con el dedo a su hermana menor? —Jazmín le mostró el dedo del medio y le gritaba.
—¡Entonces baja tú el dedo primero! —Diego le gritó de vuelta—. ¡Eso no es propio de una dama, me oyes! ¡Eres una princesa!
—¡Te coseré los labios mientras duermes y usaré super pegamento en ellos! —Ella le mostró sus colmillos y antes de que alguien pudiera parpadear, estaba justo frente a él. Lo agarró por el cuello de la camisa y lo bajó a su altura.