Ya había caído la noche y Alistair no había visitado a Cynthia ni a Lucian todavía.
Sentada en la mesa del comedor, Cynthia levantó la mirada hacia la dama de mediana edad que estaba a su lado.
—Cassandra. ¿Dónde está Su Majestad? —demandó, su mirada volviendo a su plato, sin inmutarse por mantener contacto visual con la persona con la que hablaba, su mirada una vez más enfocada en su plato.
—Fue a visitar el templo. La boda se celebrará allí mañana, así que me temo que solo se encontrará con él cuando asista a la boda. Está ocupado
—Está bien —Cynthia la interrumpió a mitad de camino, no queriendo escuchar más de sus palabras.