—¡Ah! En realidad, Su Alteza... he querido preguntarle algo —Arisia dudó antes de continuar—. ¿Cómo va su relación con bro— digo, con Su Alteza?
Cynthia la miró, frunciendo el ceño desconcertada por su inesperada pregunta.
—Ehm... ¿por qué preguntas? —Se quitó el ceño de la expresión, forzando una sonrisa.
—... Solo preguntaba —desvió ligeramente la mirada—. No podía decir que había estado observando su fría y distante relación durante su estancia en la mansión. Más bien, habría sido peculiar que no lo notara.
Y los sirvientes no paran de hablar de eso por toda la mansión. ¿Acaso Su Alteza no sabe de esto?
Arisia reflexionaba, volviendo su mirada hacia la dama sentada frente a ella, con una postura recta e impecable.
Es elegante como debe ser una princesa...