—¿Cómo van los preparativos para el banquete anual? —preguntó Lucian, rompiendo el pesado silencio en la mesa del comedor.
Cynthia parecía haberlo estado evitando desde su regreso de su última misión, cuando comenzaron sus pesadillas, vívidas, como si fueran recuerdos olvidados que resurgían, robándole el sueño.
Le había dado espacio, esforzándose al máximo por no invadir su evidente incomodidad. Ella todavía estaba dolida cuando él rechazó su "amor" por él. Aun así, ella le había ayudado, probablemente debido a esos sentimientos persistentes. El pensamiento le apretaba el pecho, haciéndole más difícil respirar, pero no podía traerse a mencionarlo de nuevo.
—Sí, casi está listo. Nos quedan otros dos días —respondió Cynthia, con su tono tranquilo y compuesto como siempre.
Verla actuar como si nada hubiera pasado solo profundizaba el dolor de Lucian. Apretó los dientes, sujetando la cuchara en su mano.
—Yo había