Sentía una sensación fría en la piel, Lucian volvió en sí. Su visión borrosa se aclaró, notando los platos colocados en la mesa de comedor frente a él.
Aunque sabía que lo que había visto antes era apenas un atisbo de su pasado, miró alrededor, desorientado. Sentía la necesidad de verificar si había sido un simple sueño. Una vez confirmó que no estaba en el palacio del rey, una pregunta surgió en su mente. ¿Cómo había terminado aquí? Recordaba vagamente a una criada llamándolo a cenar y él la había seguido sin decir nada, pero el recuerdo todavía era confuso.
—Dis-disculpe —la criada, que había rozado el frío utensilio contra su piel, se inclinó, continuando su tarea—. El gran duque no era el tipo de persona a quien le importara tal comportamiento; sin embargo, la gran duquesa era estricta cuando se trataba del comportamiento de las criadas. Aunque era gentil y educada, también tenía una actitud dominante y fría, un contraste constante con su amable trato.