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Chapter 7 - Capitulo 7 Mi refaccionaria

La cortina metálica del local rechinó cuando Carlos la abrió, invitando a Isabela a entrar. Ella Llevaba una carpeta llena de documentos bajo el brazo y una expresión de curiosidad.

¿Entonces, este es el lugar? —preguntó, recorriendo el espacio con la mirada.

Carlos e Isabela se encontraban observando la fachada abierta del local mediano donde planeaban abrir la refaccionaria. observó la fachada del local con una mezcla de emoción y nerviosismo. Había sido una búsqueda tediosa, pero finalmente había encontrado un espacio que cumplía con lo que necesitaba para iniciar la refaccionaría.

El local era sencillo, con una estructura simplemente cuadrada y profunda, paredes de ladrillo a la vista, reflejando años de desgaste, pero nada que una pintada no pudiera arreglar.

Aunque necesitaba varias reparaciones en cuanto a instalación electrica, Carlos veía el potencial en cada rincón, y en caso de necesitar una expansión los locales del costado podrían ayudar perfectamente . Solo faltaba que Isabela, que se encontraba a su costado compartiera esa visión.

Carlos asintió a Isabela, sin ocultar su entusiasmo.

Sí, aquí es. No parece gran cosa ahora, pero… espera a que todo esté en su sitio. Imagínate las estanterías llenas de herramientas y refacciones, el mostrador allá al fondo, y un área de almacenamiento en la parte trasera.

Isabella observó los detalles: las paredes agrietadas, el polvo acumulado y las luces tenues que apenas iluminaban el lugar. No podía negar que tenía carácter, aunque también sabía que su experiencia sería esencial para estructurar el negocio.

Tiene… potencial —dijo finalmente—, aunque no era lo que esperaba cuando mencionaste que tenías miles de pesos a tu disposición. En fin, vamos a necesitar mucho más que entusiasmo para ponerlo en marcha. ¿Tienes en mente cómo vas a distribuir el espacio?

Carlos, estaba avergonzado al recordar como había presumido tener tanto dinero a su disposición. Pero a pesar de las contantes ventas y los altos márgenes de ganancia, solo habia recolectado después de mucho trabajo 30 mil pesos en los últimos días, 15 de los cuales se habían ido en la renta y depósito de este local. Pero concentrándose en la pregunta de Isabela, respondió.

Para eso te llamé. Necesito que diseñes un layout para aprovechar cada centímetro. Quiero que me ayudes a decidir qué muebles son necesarios y cómo organizar todo para optimizar el flujo de trabajo y la experiencia del cliente, te daré 15 mil pesos ahora y mas la semana que viene para que hagas las primeras compras de lo que consideres necesario, para los muebles e inventarios, de momento solo necesito que compres 2 cosa de cada producto como muestra, y lo envíes a esta dirección.

—Carlos entrego la dirección de la casa que usaba de almacén

—¿para que quieres que lo envié allá? ¿No será más conveniente enviar las cosas directamente aquí?

— Esa casa recién comencé a rentarla y está llena de cosas que estoy vendiendo. Digamos que es un negocio paralelo que estoy llevando a cabo, toma esta llave, puedes decidir por ti misma un cuarto o área donde dejaremos una muestra de todo mueble o pieza que compremos, por decirlo de una manera las usara un amigo como muestra para cotizar y comprarlas a bajo precio. Con sus compras surtiremos parte del inventario. Cuando lleves cosas mándame un mensaje, y cuando llegue el inventario nuevo, te avisare y podras pasar a recogerlo.

Por otro lado ¿que prefiieres?¿ Que te page quincenal o mensualmente? Lo menciono porque a partir de ahora las cosas se pondrán intensas. No quiero que pienses que no quiero pagarte.

—Bueno, mensualmente no es problema para mi, asi que podemos posponer el tema, después de todo, no hemos discutido mi sueldo, que tal y esto funciona tan bien que quiero ser accionista—dijo Isabela con una sonrisa picara, para luego ponerse seria— volviendo al tema de compras y eso aquí traigo toda la información, pero que tal si vamos por partes. Lo primero es buscar un lugar para platicar, estar parado aquí será agotador e incómodo —

Luego de que Carlos compro una pequeña mesa y sillas en un negocio cercano. Isabela que había tomado medidas y trazado en una hoja un plano del local y algunas ideas preliminares, desplego el papel y expuso su idea

—. A ver, empecemos por lo básico: necesitamos un mostrador amplio para atender a los clientes, pero también un área de almacenamiento cerrado para mantener las herramientas, refacciones y el inventario en general, así que necesitaremos anaqueles o gabinetes para guardar y clasificar el inventario. En cuanto al mostrado pienso en vitrinas o estanterías donde las refacciones más pequeñas o las más solicitadas se encuentren a la mano. Pensaba que además de refaccionaria pudiéramos ofrecer algún tipo de servicio de mecánica como afinación y esas cosas, un pequeño taller, pero no tenemos suficiente espacio.

Carlos la miró con admiración. Sabía que Isabela era la persona ideal para traducir sus ideas en un plano funcional.

Creo que lo mejor será un área de taller separada, pudiéramos alquilar los locales de un lado y ampliarnos para ofrecer esos servicios pero, creo que de momento debemos arrancar con lo básico, ya cuando estemos sobre la marcha podremos agregar más cosas. —dijo Carlos, esperando la respuesta de isabela

— En el inventario, tendremos que distribuir las refacciones según algún criterio, por ejemplo las más comunes y piezas de alta demanda mas cerca del mostrador, y reservar las piezas menos solicitadas para la parte superior de las estanterías que son de difícil acceso, pero si al hacemos esto, tal ves perdamos alguna clasificación mejor, tal ves marca de moto o por el tipo de pieza por ejemplo.—dijo Isabella, demostrando que no tenia experiencia en este ámbito.

Carlos asintió, visualizando el espacio tal como Isabella lo describía así como los posibles movimientos de los trabajadores y el tamaño de las piezas. Cada mueble y cada estante parecían tener sentido en el lugar, como si el local comenzara a cobrar vida con cada detalle que añadían.

. Tienes razón, vamos a necesitar muchas estanterías. También pensé en poner algunos bancos para acceder a las repisas superiores, creo que con respecto a la categoría para clasificar el inventario será por tipo de pieza. El local no es muy grande por lo que el recorrido de los trabajadores no debería ser mucha diferencia ir a la primera estantería o a la ultima. Si ponemos las refacciones por marca, utilizaremos mas espacio, lo que no es ideal, pues no es razonable pone por ejemplo un chicote a un lado de una manija ya que al ser piezas muy diferentes el tamaño utilizado es mayor.

Lo que sugiero entonces es poner las cosas según el tipo de producto. Por ejemplo manijas de distintas marcas en una misma área, los chicotes con los chicotes, un área especial para bujías, filstros, rines etc. Claro que cada producto o estante debe estar marcado. Y antes de ir por el, el trabajador deberá hacer una búsqueda rápida en una base de datos para encontrar la cordenada del producto y su código, para que no entregue una pieza de un modelo de moto que no corresponda. Podemos agregar sillas o sofás para que los clientes puedan esperar cómodamente mientras buscamos sus piezas.

Buena idea —respondió Isabella—, vamos a necesitar también una bodega o algo así, para separar el gran inventario de el inventario de este local. Pero con esa casa que rentaste veo que lo tienes cubierto. Me gustaría que me la mostraras un día de estos… Maldita sea Carlos, estoy hablando enserio.

— algo debió haberse reflejado en la cara de Carlos, cuando Isabela dijo esas palabras que fácilmente podrían ser malinterpretadas. —yo no dije nada…

—tu cara lo dice todo, no sabes lo vulgar que es alburear a una mujer…

—creo que es mas vulgar pedir que te la muestre.

—!Me refería a la casa maldito pervertido!

 

Luego de que Isabela educo a Carlos sobre el profesionalismo y ética de trabajo siguieron trabajando sobre detalles como el mobiliario, los puestos de trabajo y los tramites necesarios. Carlos sintió que el proyecto se volvía más tangible a medida que discutían cada detalle.

Isabella sonrió, y levantó la carpeta.

Te sorprenderás de todo lo que traigo preparado.

Isabella abrió la carpeta

—en resumen Primero, el personal. Necesitamos a alguien que tenga experiencia en mecánica, para asesorar a los clientes sobre las refacciones que vendemos, es usual en estos casos que los clientes no sepan el nombre técnico de lo que necesitan. También propongo que contratemos a otro trabajador que sepa de gestión para que pueda llevar las cuentas y la gestión de inventario. Eso nos va a dar tiempo a nosotros para concentrarnos en otros aspectos.

Carlos la escuchaba atentamente, y no pudo evitar sentirse agradecido por el enfoque detallado de Isabella.

Aquí están los datos de la firma contable que te recomendé. Se encargan de la contabilidad para varios negocios locales, y son muy confiables. Ya los contacté y nos pueden ofrecer un paquete para pequeñas empresas, incluyendo la contabilidad general, el registro de ventas y las declaraciones fiscales.

Carlos hojeó los papeles y asintió, impresionado por la eficacia con la que Isabella había previsto cada detalle.

—Eso suena perfecto. Menos cosas que preocuparme en el día a día.

Isabella tomó otro papel, en el que tenía anotados datos sobre los proveedores.

—Estos son algunos de los proveedores con los que podríamos trabajar. La mayoría son de la ciudad de mexico y tienen buenas referencias, pero también he agregado algunos contactos de fabricantes extranjeros que pudiéramos contactar en el futuro. Aquí tienes algunos artículos esenciales para una refaccionaria, los precios, tiempos de entrega y condiciones de pago, hay algunos que ofrecen cierta línea de crédito, pero eso requerirá otros tramites.

Carlos revisó la lista, observando admirado cómo Isabella había clasificado cada proveedor según sus especialidades.

—Esto va más allá de lo que imaginé. Con este tipo de proveedores, podemos ofrecer más variedad.

Isabella asintió, y volvió a centrar su atención en su lista.

—Claro, después de todo me estarás pagando por mi trabajo. esta tabla de aquí es un plan inicial para el inventario: son piezas comunes que los clientes suelen pedir en este tipo de refaccionarías. Podemos ir agregando otras más especializadas a medida que el negocio crezca, puede que esto no corresponda a la realidad, así que debemos ir depurando que piezas se mueven mas y cuales no.

Carlos asintió, dándose cuenta de que el plan de Isabella cubría cada aspecto fundamental, era hora de complementar el plan con el poder de duplicación que tenia.

Después de platicar sobre otros detalles Isabella, satisfecha, guardó sus papeles, y ambos miraron alrededor del local, cada uno visualizando en su mente el negocio que estaban por construir juntos.

Entonces, ya tenemos un plan. Solo queda ponernos manos a la obra, ¿no? —dijo Carlos.

Isabela le sonrió.

Exactamente. Este es solo el primer paso, pero vamos a hacer que esta refaccionaría sea algo grande.

— carlos entrego los 15 mil pesos a Isabel y dijo

Entonces, ya tenemos un plan, comienza con las compras, supongo que guardaras las notas y facturas, puedes contratar a la gente con la que arrancaremos para que te ayude con eso. No quiero que hagas trabajo físico y te lastimes en el proceso.

—Bueno antes de las compras, creo que deberíamos darte de alta en hacienda, y hacer citas para el tramite no es muy rápido. Asi que tendras que reservar tiempo para ello, podemos asesorarnos con la firma contable que te comente.

—Carlos desanimado ante mas cosas tediosas que tenia que realizar respondió

—Esta bien, solo avísame que tengo que llevar y el lugar y hora para reunirnos. Pero no podemos perder tiempo, realiza las compras incluso sin factura. Tenemos que poner en marcha este negocio.

Con una última mirada al local, ambos sabían que este proyecto apenas comenzaba. El entusiasmo y las expectativas de ambos llenaban el espacio vacío, y poco a poco, ese lugar de ladrillos y polvo comenzaba a transformarse en su visión de lo que sería su primera refaccionaría, pero Carlos no pudo evitar sentir un dolor de cabeza al pensar en cómo registrarían las compras de los productos duplicados con los que estaría surtiendo constantemente la refaccionaria. Tal vez un sistema mixto entre compras reales y falsas serian más discreto.

Con eso, Isabella cerró su libreta, y carlos el local. El trabajo duro apenas comenzaba.

El dia lunes llego, Carlos observaba su pantalla con un gesto de fastidio. A su alrededor, la cafetería de la universidad zumbaba con el bullicio de estudiantes, pero él apenas prestaba atención. El calendario de tareas y trabajos estaba completamente saturado; cada día se acumulaban más entregas, y cada noche quedaban menos horas para cumplirlas. Entre las noches en vela haciendo las tareas de la escuela, las constantes pruebas de sus poderes, y las gestiones con proveedores, la universidad había pasado a ser poco más que una carga pesada e inútil.

Finalmente, cerró la app de tareas en su móvil y soltó un suspiro.

—no puedo seguir así; tarde o temprano, el montón de proyectos pendientes acabaría sepultándome. —Lo que carlos necesitaba era una salida práctica y rápida.

Carlos decidió cancelar las entregas de productos que originalmente compro en el supermercado, cargo su bolsa llena de artículos de cocina y se dirigió a las oficinas donde se encontraba el director de su carrera y maestros. con un plan improvisado en mente, pretendía hablar con algunos de sus maestros para pedirles que fueran flexibles con las fechas de entrega. Quizás podría recuperar algo de tiempo, o al menos reducir la presión.

Su primera parada fue la oficina del profesor Mendoza, quien impartía la materia de fundamentos de Administración. Carlos golpeó la puerta y esperó a que le permitieran entrar.

Adelante —respondió Mendoza desde dentro, sin levantar la vista de sus notas.

Carlos entró, con una sonrisa casual, y tomó asiento frente al escritorio del profesor.

Profesor, quería hablar con usted sobre la última entrega de trabajos —comenzó, midiendo sus palabras—. Sé que la fecha de entrega era para la semana pasada, pero no tuve tiempo de completarlo. Tengo otros proyectos personales y… necesito algo de flexibilidad para cumplir con la asignatura. Me preguntaba si había una manera de entregarlo este semana.

El profesor Mendoza lo miró con una expresión neutral y se reclinó en su silla.

Carlos, tu situación no es única. Todos tienen proyectos y obligaciones fuera de la universidad. Pero si hago una excepción contigo, tendré que hacerla con todos, y no puedo permitir eso. Para obtener una calificación, no basta con hacer la tarea, tendrás que cumplir los plazos —respondió sin mucha compasión.

Carlos se mordió el labio, ocultando su frustración. Sabía que algunos profesores serían reacios a darle más tiempo, pero necesitaba intentarlo. Salió de la oficina de Mendoza y se dirigió al despacho de la profesora López, quien impartía Derecho empresarial. Esta vez, su discurso fue un poco mas directo, apelando a su carga laboral para justificar la solicitud.

Profesora, he tenido algunos problemas para cumplir con las entregas debido a un proyecto familiar, mi familia abrirá un negocio de refaccionarias y estoy ayudando en el proceso. Me gustaría saber si puedo entregarle los trabajos un poco más tarde. Prometo que me pondré al día con todo.

La profesora López lo observó durante unos segundos, y aunque no parecía del todo convencida, su carácter relajado, así como una vajilla nueva colocada en su escritorio influyo en su decisión cuando finalmente asintió.

Bien, Carlos. Te daré una semana más, pero recuerda que no puedo hacer excepciones todo el tiempo. Asegúrate de ponerte al día.

Carlos agradeció y salió rápidamente del despacho, satisfecho con la pequeña victoria. Sabía que la flexibilidad de López le daba un respiro, pero no era suficiente. Sus responsabilidades seguían acumulándose, y entre su proyecto personal y la refaccionaría, no tenía intención de dedicar tantas horas a la universidad.

Al salir al pasillo, se cruzó con uno de sus compañeros de clase, Hugo, quien llevaba algunos apuntes bajo el brazo. Hugo era el tipo de estudiante que siempre estaba al día, que rara vez faltaba a clases y que nunca había entregado una tarea tarde. Carlos lo saludó y comenzó una conversación casual, con un propósito en mente.

Oye, Hugo, me preguntaba… tú siempre llevas apuntes, ¿verdad?

Hugo sonrió, algo desconcertado.

Sí, me ayuda a repasar para los exámenes y tener todo en orden.

Carlos asintió, como si la idea acabara de ocurrírsele.

Mira, últimamente he tenido poco tiempo para las clases. Si no te molesta, ¿crees que podría pedirte los apuntes para revisarlos? De hecho, estaba pensando en una ayuda más… prolongada. Podría compensarte si puedes pasarme las tareas de vez en cuando.

Hugo lo miró sorprendido y luego rio nervioso, sin saber si Carlos hablaba en serio.

¿Pasarte las tareas? No sé, Carlos. Eso suena… deshonesto para mi.

Carlos, con una sonrisa astuta, dio un paso adelante, insistiendo.

Vamos, no es como si estuvieras haciendo algo ilegal. Solo te pediría un poco de apoyo. Además, podríamos arreglar algo a cambio, como alguna compensación por tu tiempo.

 

Hugo, aunque no parecía del todo convencido, pareció evasivo.

Bueno, lo pensaré. Te aviso si puedo ayudarte con los apuntes y… lo demás.

— oye, la verdad es necesito mucha ayuda, estoy iniciando un negocio, y quiero contratar a alguien que gestiones mi vida universitaria. No puedo con toda la tarea y proyectos, pero al mismo tiempo necesito que sean discretos y honestos, no me sirve una tarea de copia y pega. Te interesa? Un sueldo de 12mil mensuales no le vendrían mal a un estudiante.

—suena bien. Es un trabajo extraño pero te ayudare con la universidad.

Carlos agradeció y prometiendo aclarar los detalles mas tarde se despidió. Sabía que con alguien como Hugo de su lado, podría cubrir las tareas más tediosas sin desperdiciar sus propios recursos. Mientras salía de la facultad, el peso de las tareas pendientes parecía desvanecerse.

Sin embargo, la creciente sensación de que se estaba volviendo cada vez más "tramposo" para cumplir sus objetivos lo hizo reflexionar. Sin embargo, el peso de sus objetivos y su ambición cada vez lo empujaban más allá de los límites.

Pero eso no era suficiente aún. Si quería liberar tiempo de verdad, necesitaba hablar con alguien con mayor autoridad en la universidad.

Decidido, se dirigió a la oficina del director de su carrera. Quizás si lograba explicar que estaba iniciando un negocio propio, conseguiría más flexibilidad en las faltas de asistencia. Después de todo, muchos estudiantes trabajan y estudian a la vez, y él no estaba haciendo nada tan diferente… aunque su situación era un poco más compleja.

El director lo recibió tras una breve espera. Carlos entró en la oficina, tratando de parecer tan seguro como siempre.

Señor Gutiérrez, quería pedirle un favor con respecto a mi asistencia. Estoy emprendiendo un negocio propio, lo cual me está exigiendo tiempo y energía. Quisiera saber si existe alguna manera de ser flexible con las faltas de clase para que pueda cumplir con mis responsabilidades.

El director lo miró en silencio, evaluando sus palabras,

—le cuento, mi familia esta iniciando una cadena de refaccionarias, y el tiempo y energía que me consume no es pequeño. Aun así prometo esforzarme y no dejar a medias la universidad.

Puedo entender tus razones, Carlos. Pero sabes que la universidad no es solo cumplir tareas; la asistencia es una parte esencial de tu formación. Dejar pasar muchas faltas no es algo que podamos aprobar tan fácilmente.

—lo entiendo director, de hecho mis padres también lo entienden, mi madre de hecho le envió un pequeño regalo. — carlos saco una licuadora y juego de cubiertos de alta calidad, pero al ver la expresión algo molesta del director ante el fragante soborno, carlos cambio de táctica

Y por su parte mi padre prometió que cuando las refaccionarias estén funcionando, abrirá espacios o mejor dicho, buscara un convenio con la universidad para que los estudiantes de nuestra carrera realicen sus prácticas profesionales.

Cuando el director Gutiérrez se mostraba pensativo, carlos aumento la apuesta

— por ultimo prometió financiar una excursión para 2 grupos de nuestra carrera para alguna actividad extracurricular, ya sea visitar una fabrica o un viaje a la ciudad de Mexico. claro que la escuela decidirá y organizara todo, solo apoyaremos en lo monetario.

—bueno, en nombre de la escuela quiero agradecer a tus padres por su aporte, es encomiable que se preocupen por la educación de la nueva generación. Con respecto a tu petición, haremos un acuerdo. Puedes faltar hasta un 20% más de lo permitido en tus clases, pero tendrás que entregar todos los trabajos y estar al día en los exámenes. No puedes faltar los dias del examen, seria muy escandaloso permitirte realizar los exámenes exclusivamente a ti en otro momento cuando todos los demás no tienen ese privilegio.

Carlos sintió que era la mejor oferta que podría obtener en ese momento, así que asintió, agradeciendo la flexibilidad.

Le agradezco mucho, director. Cumpliré con todos los trabajos y exámenes; eso se lo aseguro.

Salió de la oficina sintiendo que al menos una parte de su problema estaba resuelta, pero sabía que aún quedaban tareas y exámenes que le drenarían el tiempo. Si Hugo aceptaba ayudarlo con las tareas, y el director con las faltas, podría dedicarle la mayor parte de sus energías a su verdadero proyecto. Después de todo, cumplir su ambición no tenía espacio para remordimientos; cada vez era más consciente de que los límites morales eran obstáculos cuando se trataba de llegar lejos.