"¡Ni un paso más o disparo!"
Amenazó furioso, apretando el cuello de la niña con el brazo, mientras colgaba su muñeca rota cerca el rostro de la pequeña aterrandola mucho más, le apuntaba en la cabeza con su pistola, sonreía con malicia y satisfacción, pero se notaba que la fractura le dolía, aún así ignoraba ese hecho."Tch"Layne respiró hondo, evaluando sus opciones, tratando de no mostrar la furia que sentía en ese momento. La niña, temblando, suplicaba ayuda, mientras el hombre disfrutaba su posición de ventaja.No habia tiempo que perder, Layne miró alrededor, buscando algo que pudiera usar sin poner en riesgo a la pequeña, sus ojos giraban a todas partes y analizaron todo el lugar.'Cinco metros aproximadamente, me encuentro lejos como para moverme y atacarlo, y si lo intento pongo en riesgo a la niña a que le disparen, cerca de mis pies hay un arma en la butaca siguiente de donde estoy parado, podría agarrarla pero, ¿realmente seré capaz de matarlo?'.El tiempo corría, y entre los pasajeros de rostros preocupados podía ser palpable la tensión que había en el aire, Layne podía sentir una sensación que hacía tiempo no experimentaba a este grado: desesperación.'Quizás... no haya otra alternativa' pensó Layne."Tick tack, se te acaba el tiempo araña", dijo en un tono burlesco el hombre, apretando el cañón en la sien de la pequeña la cual soltó un quejido de dolor y miedo.La madre miraba aterrada, sin nada que hacer para salvar a su hija, mientras los demás pasajeros estaban helados en sus asientos, Layne miro al hombre armado, giro sus ojos al arma en el suelo, dudoso de si tomarla, tendría una posibilidad pero... el tiempo se acaba, Layne dejo escapar un largo suspiro.'No me queda otra opción.... tendré que hacerlo'El ómnibus vibró, y todos los pasajeros y presentes pudieron sentirlo, como temblaba levemente mientras miraban atónitos, que era aquello y por qué estaba sucediendo."Esta temblando, el autobús..." comento un señora, mientras se aferraba a su asiento y varios pasajeros murmuraban confusos y asustados.Por otro lado, Layne suspiraba profundamente, sus músculos se tensaban y relajaban"Que estas..."No llego a acabar de decir el hombre armado, la confusión lo invadía mientras trataba de entender que es lo que estaba pasando. El cuerpo de Layne empezó a emanar una suave y parpadeante luz azul cian, no sabía si aquello era real o una ilusión.La iluminación del ómnibus, ya pobre, empezó a fallar. Titilando sin control, el ambiente se ponía cada vez mas oscuro, dado que por la nubes y lluvia poco era lo que iluminaba el sol.Para la sorpresa de Layne el asaltante fue noqueado desde atrás. El pelirrojo, quien había logrado acercarse sigilosamente, lo golpeó con fuerza en la nuca con un termo. El hombre cayó al suelo inconsciente, soltando a la niña. Ante este hecho, las luces volvieron a la normalidad.El muchacho se agachó rápidamente junto a la niña, tocando su hombro con suavidad mientras le decía con una sonrisa tranquilizadora:"¿Estás bien? No te preocupes, ya pasó"La niña, entre sollozos, abrazó al joven, quien le acarició la espalda para calmarla. La madre de la pequeña se acercó y los abrazó a ambos, agradeciendo con los ojos llorosos."Gracias... gracias... De verdad, no sé qué haría sin ustedes"Dijo la madre, apretando a su hija contra su pecho, para luego sentarse en su asiento.Viendo que la situación parecía controlada. Layne dejó escapar un suspiro largo y profundo, sintiendo cómo la tensión y aquella luz que emitía abandonaban su cuerpo. Había mantenido el control durante toda la confrontación, pero ahora, con el peligro aparentemente disuelto, el alivio se hizo evidente en ese suspiro silencioso volviendo a estar calmado.Mientras se acercaba para verificar que todos estuvieran bien, algo lo alertó, sintió una presencia, alguien oculto en las escaleras se abalanzó apuntando su arma y a punto de abrír fuego, todo ocurrió muy rápido, tanto que ninguno de los pasajeros lo notó siquiera, ni el joven pelirrojo, o la madre y su niña, fue en una milésima de segundo dónde el cuerpo de Layne emitió ese brillo azul y desapareció de la vista de todos en un pequeño apagón de las luces.Un contundente golpe en seco se oyó detrás en las escaleras, seguido de un sonido de alguien cayendo por ellas, el joven pelirrojo se volteó al oir aquello y vio la sombra de alguien que se asomó detrás de él, era Layne.'¿No estaba hace un segundo más lejos en el pasillo?', pensó el joven."¿Se encuentran bien?"Preguntó Layne en un tono despreocupado, pero si, había de alguna forma avanzado unos cinco metros en unos segundos y estaba a un lado de las escaleras."Sí, estoy bien"Respondió el pelirrojo con serenidad, pero sus ojos le devolvieron un mensaje de gratitud por la pregunta.'La niña... ¿Estará bien?'Sus ojos buscaron a la chiquilla, ya había dejado de llorar y se veía más tranquila, abrazada a su mamá.'¿Debería acercarme y preguntar por su bienestar? No, mejor me siento'Layne se dió la vuelta para ir a su asiento, pero en ese momento, como si un sentimiento compartido comenzara a extenderse por todo el autobús, los pasajeros, hasta entonces callados y en shock, comenzaron a aplaudir. Al principio fue un sonido tímido, casi inseguro, pero pronto se transformó en una ovación completa que llenó el espacio con un eco vivo de gratitud y reconocimiento.Layne, algo sorprendido, alzó la mirada y se encontró con las expresiones agradecidas y admiradas de los pasajeros, que lo miraban como a un héroe inesperado. A su lado, El pelirrojo también parecía ligeramente incómodo por la atención, pero finalmente, en un gesto sutil, compartió una mirada cómplice con Layne y sonrió con timidez, contagiado por el momento. El conductor que rápidamente subió al segundo piso, visiblemente aliviado de que el peligro hubiera pasado.La niña se acercó a Layne y tiró de su camisa y murmuró tímidamente."Gracias..."Layne asintió, agradecido, pero evitando cualquier gesto grandilocuente. No se veía a sí mismo como un héroe, y su expresión solo reflejaba su tranquilidad al ver que todos estaban a salvo. Mientras los aplausos se apagaban, El joven miró a Layne, aún con una leve sonrisa."Bueno, supongo que terminamos de salvar el día, ¿no?"Dijo en tono casual, rompiendo la tensión que aún flotaba en el ambiente. Layne soltó una pequeña risa, reconociendo en sus palabras la normalidad que, de alguna manera, volvía aun en medio del caos."Supongo"Asintió él, mirándolo con una mezcla de humor y alivio"Eso parece"El autobús pronto retomaría su camino, pero todos los que estaban allí, en especial la madre y su hija, recordarían el coraje que ambos habían mostrado para devolverles la calma en ese momento tan oscuro.***El conductor copiloto, recuperada la calma tras el intenso momento, se acercó a los asaltantes inconscientes y comenzó a desarmarlos meticulosamente. Revisó cada arma, retirando los cargadores y asegurándose de que no quedara ninguna bala en las recámaras. Su expresión era seria y concentrada mientras trabajaba, y cada uno de sus movimientos transmitía una mezcla de profesionalismo y cuidado."Con eso basta, creo que están bien aseguradas"Murmuró para sí mismo, asegurándose de que no había dejado ningún cabo suelto.El conductor, aún nervioso pero determinado, se acercó a él junto a otros pasajeros hombres que querían ayudar."Había olvidado que eras militar, me impresionó cuando noqueaste a ese tipo en la cabina"Dijo el conductor, intentando mantenerse firme."Fue un milagro que nadie saliera herido"Dijo el copiloto, mientras se volteaba a ver a varios pasajeros hombres, incluidos algunos jóvenes entre los que se encontraba Layne, que se ofrecieron a ayudarlos a bajar a los asaltantes."Vamos muchachos, llevemoslos afuera, los dejamos en su vehículo amarrados o algo para llamar a la policía"Uno a uno, Layne, el copiloto y los otros hombres comenzaron a cargar a los asaltantes hacia afuera del autobús, con las miradas ansiosas y aliviadas de los pasajeros siguiéndolos. Al bajar a los asaltantes y dejarlos junto a su camioneta, el copiloto metió la mano en la cerradura del vehículo y extrajo las llaves, evitando así cualquier intento de escape en caso de que alguno recuperara la consciencia.'¿Que habrá pasado en el segundo piso? Fue brutal, hace mucho no veo algo semejante. Había uno tirado en las escaleras con un fuerte golpe en la cabeza, y lo más importante. No había heridos... ¿Lo habrán hecho en grupo? ¿En solitario? No, no puede ser acto de un solo individuo. Mejor no le doy tantas vueltas'No mucho después, dos patrullas llegaron al lugar, y varios oficiales descendieron, evaluando la situación con rapidez. Los agentes se acercaron a el conductor, quien intercambió algunas palabras con ellos mientras el copiloto explicaba lo sucedido. Los policías hablaron con algunos pasajeros en busca de heridos y testimonios de lo sucedido. Entonces uno de los oficiales se acercó a Layne."¿Tú los detuviste? ¿Solo?"Preguntó uno de los oficiales, mirándolo con asombro y escepticismo.Layne asintió, manteniéndose casual."Solo tuve algo de suerte"Respondió, tratando de no entrar en detalles. El policía lo miro con desconfianza y algo de sospecha, pero lo dejó pasar para ocuparse de otra cosa.Los oficiales hicieron algunas preguntas rápidas y anotaron sus respuestas, mientras el conductor observaba la escena con una mezcla de alivio y cansancio. Tras algunos minutos, y dejando la situación en manos de la policía, Layne y el conductor volvieron a subir al autobús. El copiloto caminó subiendo las escaleras y, volviéndose hacia los pasajeros, aclaró:"Mis disculpas por lo que han tenido que vivir, pero les aseguro que el resto del viaje será seguro, una patrulla nos escoltara. Estamos listos para continuar"Anunció, antes de reanudar la marcha con un sentimiento de renovada calma.'El asiento de adelante está libre... Quizá nadie diga nada de que me cambio de asiento'Layne mirando de reojo a todos, agarro su mochila y su chaqueta oscura, finalmente tomando un respiro después del caos, se acomodó disimuladamente en la primera fila de asientos y apoyó la cabeza en el respaldo, dejándose llevar por la sensación de alivio. Apenas había cerrado los ojos cuando sintió que alguien se acercaba. Al abrirlos, era aquel pelirrojo, quien le sonreía de una forma amigable, casi cómplice."Oye... ¿te importa si me siento aquí?"Preguntó aquel pelirrojo, su tono algo casual pero con un dejo de sinceridad y con una sonrisa tímida.Layne asintió, esbozando una ligera sonrisa."Para nada. De hecho... creo que ni siquiera nos presentamos formalmente en medio de todo esto. Soy Layne""Eliza, pero llámame Eli"Respondió, quitándose su boina y revelando un rizado y desordenado cabello anaranjado, extendiéndole la mano de manera jovial.'¿Eliza? Eli....?, Oh... Ah... ¿Era mujer?'Ambos se estrecharon las manos, y Layne la observó, con una expresión mezcla de curiosidad y un toque de vergüenza. La persona se acomodó a su lado, y el omnibus arrancó de nuevo. Por un momento, ambos permanecieron en silencio, escuchando el murmullo de los pasajeros que aún comentaban lo ocurrido. Eli se volvió hacia él, con una expresión de admiración en su rostro."Lo que hiciste... fue increíble. ¡En serio! No puedo creer que tú solo te encargaste de esos tipos armados"Dijo, y su tono denotaba una mezcla de asombro y gratitud.Layne bajó la mirada, sintiendo el peso de la pregunta que podría venir después. No podía contarle la verdad sobre sus poderes; eso lo complicaría todo. Con calma, encontró una respuesta."Bueno, he practicado defensa personal durante años... Krav Maga, especialmente"Dijo, intentando sonar convincente."Supongo que... soy bastante bueno en eso"Eli abrió los ojos con sorpresa y una sonrisa de incredulidad."¡Eso explica muchas cosas!"Exclamó.'¿Tan fácil? ¿De verdad no se dió cuenta?'"Pero aún así... La forma en que te moviste, y cómo manejaste la situación... se sintió como si supieras exactamente qué hacer, como un superheroe o algo asi"Layne sonrió con cierto nerviosismo y se encogió de hombros."Los entrenamientos te enseñan a actuar bajo presión, eso es todo"Respondió, mirando por la ventana con una expresión pensativa. No podía decir más sin arriesgarse a que Eli sospechara.Ella se dió cuenta de que él no le devolvía la mirada, y se acercó un poco para llamarle la atención."Oye, ¿estás bien?"Layne la observó, como dudando de sus palabras, pero finalmente se decidió a hablar."¿Puedo decirte algo?, no es por ofender claro""Ya me ofendí"Dijo ella, frunciendo el entrecejo, para luego sonreír un poco.'Oh, no...'"Es broma, dime"Layne se relajó con el pequeño chiste."Sinceramente... pensé que eras un chico al principio"Dijo, con una mezcla de sorpresa y humor a la voz.Eli soltó una carcajada, divertida por el comentario."¡No eres el primero que lo piensa!"Respondió, dándole un leve codazo en el brazo."No me molesta. Es hasta gracioso ver la confusión en la gente"Layne se rio, disfrutando del momento, hasta que el sonido de su teléfono lo sobresaltó. Al ver la pantalla, notó que era Beatrice, la amiga de su madre, quien debía recogerlo en la terminal de la ciudad."Discúlpame, espérame un momento..."Dijo a Eli, mientras contestaba la llamada."¡Layne! ¿Dónde estás? Llevo esperando una eternidad y el bus todavía no llega. ¡Ya tendría que haber estado aquí hace horas!"La voz de una señora impaciente se oía del otro lado y resonaba, cargada de angustia y preocupación."Beatrice, lo sé, lo sé. Hubo un.... contratiempo"Contestó Layne, intentando sonar calmado, aunque su tono era algo nervioso, mientras apoyaba su codo en el apoyabrazos de su asiento."¿Un contratiempo? ¡Layne, me estás matando del susto! ¿Qué clase de contratiempo?"Beatrice no estaba dispuesta a calmarse tan fácilmente."Nada grave, ya estamos en camino. Pronto llegaremos a la terminal, no te preocupes. Eh.. En menos de una hora"Intentó tranquilizarla, aunque ya sabía que Beatrice no se contentaría con una respuesta tan escueta.Eli, observando la escena, no pudo evitar sonreír, divertida por la expresión de resignación de Layne y la intensidad de la voz de Beatrice. Layne, al darse cuenta de su mirada, levantó los ojos al cielo en un gesto de paciencia, lo que provocó que Eli contuviera una risa.Finalmente, tras un par de promesas más, Layne logró terminar la llamada, suspirando mientras guardaba el teléfono."Lo siento. A veces Beatrice puede ser... Un poco... intensa"Dijo con una sonrisa de disculpa.Eli negó con la cabeza, todavía sonriendo."No te preocupes, fue bastante divertido. Parecía que te regañaba como si fueras un niño pequeño."Layne soltó una risa suave."Sí, es bastante protectora, por decirlo de alguna manera"Eli asintió, y entonces pareció recordar algo."Por cierto, ¿qué te trae a esta ciudad?"Preguntó, su tono estaba lleno de curiosidad.Layne se encogió de hombros."Beatrice mencionó una oportunidad de trabajo. Y, la verdad, pensé que un cambio de aires no me vendría mal""Vaya, interesante. Yo vivo en esta ciudad"Comentó Eli, con una sonrisa un poco nostálgica"No he estado aquí toda mi vida; solo llevo unos años, pero aún no me acostumbro del todo. A veces siento que algunos todavía me ven como la "rara"."Layne la miró con comprensión."Bueno, ser "raro" no siempre es malo. Al final, muchas veces es la gente que no sigue a las masas la que termina marcando la diferencia. Ser auténtico puede ser difícil, pero siempre será mejor que conformarse solo para agradar a otros."Eli lo escuchó atentamente, y una expresión de gratitud apareció en su rostro.'Uy... Espero no haber sonado muy intenso'"Gracias, Layne. No muchos piensan así."'¿Estuve bien? Que alivio'"Es la verdad. Además, con una mente abierta y gente que realmente te aprecie, los lugares terminan sintiéndose como un verdadero hogar"Respondió Layne, dándole una sonrisa sincera.Mientras continuaban hablando, la lluvia menguó, y unas luces azuladas y moradas parpadearon a través de las ventanas, lanzando sombras inusuales dentro del autobús. De repente, un destello brillante de luz azulada atravesó el cielo, iluminando el paisaje y captando la atención de todos los pasajeros. Layne y Eli se quedaron mirando hacia afuera, observando cómo el cielo parecía moverse de una manera que desafiaba las leyes de la naturaleza."¿Viste eso?"Murmuró un niño, entrecerrando los ojos y observando por la ventana."Es... raro. No parece solo una tormenta"Comentó un hombre unos asientos atras.Layne también miró hacia el cielo, donde luces de un azul profundo comenzaban a parpadear entre las nubes densas, a las que se sumaron tonos morados y rojizos, pulsando como si tuvieran vida propia."¿Has visto algo así antes?"Murmuró Eli, con los ojos muy abiertos.Layne negó con la cabeza, su mirada concentrada."No. Y las tormentas no deberían tener estos patrones de luces... Es como si..."