Killian sabía qué decisión había tomado Dacre en el momento en que entró en esta celda. Podía verlo en sus ojos, que había renunciado a él. Las probabilidades no estaban a su favor. El rey necesitaba a su reina y ella estaba embarazada. El bebé era todo lo que él quería, un heredero para afianzar su posición.
No se necesitaba ser un genio para saber eso. Killian sabía que terminaría así en el momento en que fue expuesto. Fue estúpido e imprudente por su parte y si pudiera volver atrás en el tiempo, lo haría de manera diferente. Su ira y celos no eran buenos compañeros.
Tomó una decisión imprudente y no pudo salvar su predicamento, pero al menos, podía salvarlo. A él. Se preocupaba por él. Verdaderamente. Killian no sabía cuándo empezó...
—¿Qué quieres decir? —preguntó Dacre, entrecerró los ojos peligrosamente hacia Killian. La mención del nombre de Khaos lo alertó.
