—El beta estaba asombrado con su plan —admitió—, pero también recelaba de ella.
—No hace falta decir que Zuri era... una estratega —comentó—. Al igual que Khaos, sabía cómo urdir una trama. No era una mujer ingenua, ignorante de cómo funcionaba el mundo.
—Su habilidad había quedado demostrada una vez, cuando trataron la compra del barco y Bryden se había maravillado de ella —confesó.
—Pero aquí el problema era; Zuri era una Concha —pensó—. Aunque era duro, pero era un daño colateral para su objetivo principal. Su existencia y el propósito de ella era una complicación para su meta, especialmente ahora que Khaos la había marcado.
—Bryden podía ver la forma en que Khaos la miraba —observó—. El vínculo se fortalecía, el afecto era real y ahora estaba atado a ella más que nunca.
—Si solo ella no fuera la Concha, Khaos y Zuri serían perfectos el uno para el otro —se lamentó.