Khaos estaba expulsando a la gente que tenía alrededor. Dejaba a las personas con facilidad cuando no le escuchaban. Les había permitido actuar por su cuenta durante demasiado tiempo, se olvidaron de que él era quien tenía la última palabra.
Se habían sentido muy cómodos con él al punto que pensaban que el castigo que él les daría era simplemente una advertencia, que podían ignorar fácilmente.
Pensaban que eran su familia, pero al mismo tiempo, siempre le recordaban que su familia había sido asesinada injustamente, que él era el último de su especie. La ironía...
—Mi disculpa, alfa —dijo Rhett, bajó la cabeza sumisamente, lo mismo hicieron Elías y el resto de los usuarios de magia.
Mientras tanto, Gayle y los guerreros aún estaban atónitos con la declaración anterior del alfa.