—¿Por qué? —Zuri se sentía inquieta, no quería alejarse de Khaos, pero cuando levantó la cabeza para mirarlo, él no mostraba ninguna expresión, parecía distante y esto la ponía ansiosa.
—¡Corre! ¡Corre!
Las voces en su cabeza le gritaban. Le decían que huyera de allí. Que no confiara en esas personas. Que no confiara en Rhett ni en Khaos.
Zuri no confiaba en la mayoría de las personas en esa sala, porque era la primera vez que las veía, pero a Rhett y Khaos… sí los confiaba.
—Voy a mostrarte algo —dijo Rhett, sonriéndole como siempre. Él era su hermano favorito, no había razón para no confiar en él.
—Eres tan estúpida por pensar que puedes confiar en él. No puedes confiar en él.
—No porque te haya sonreído significa que no esconda un puñal detrás de la espalda.
—Se supone que eres una chica brillante, Zuri, pero ¿por qué puedes ser tan estúpida para confiar en ellos fácilmente?
—¡Corre, estúpida!