—Al día siguiente, no hablaron de lo que le pasó a Zuri la otra noche, el tema de cómo intentó hacerse daño nunca surgía.
—Mientras tanto, Khaos había reunido a todos los sanadores de la manada y ninguno sabía sobre la Pluma Roja. Ni siquiera sabían si era una medicina o un veneno, lo que dejó a Khaos con solo Rhett como opción para obtener la respuesta.
—Sin embargo, no tenía prisa, podía permitirse esperar, hasta que lo rompieran y finalmente cediera para responder la pregunta.
—Dos días después, Silas recuperó la conciencia. Se veía mortificado cuando vio a Zuri parada junto a su cama, mirándolo fijamente con esos ojos muertos, como si toda la luz hubiera sido succionada de ella.
—¡¿Qué coño haces en mi dormitorio?! —gruñó Silas, intentó alejarse de ella, pero no podía moverse fácilmente, ya que todavía estaba en tanto dolor.
