—Duerme —dijo Khaos y luego se bajó de la cama, claramente planeando salir del dormitorio, lo que dejó a Zuri sin palabras.
—Espera —Zuri lo llamó apresuradamente y Khaos se detuvo. Se giró y la miró, como preguntando qué quería.
En realidad, Zuri no tenía nada que decir, solo lo llamó porque quería pasar más tiempo con él, solo un poco más, pero como la habían puesto en el apuro de esta manera, necesitaba pensar en una excusa razonable por la que lo había llamado.
—Sobre lo que me pediste... —Zuri tartamudeó un poco, pero luego pensó que era una buena razón—. Creo que puedo ayudarte a encontrarlo, pero no puedo hacerlo sola... Necesito, eh, asistencia.
Khaos asintió, esperaba tanto. Había estado buscando eso durante años y no tenía ni idea de dónde podía estar esa cosa. La única pista que tenía era el mercado negro, pero ese lugar era sombrío y el dinero solo no era suficiente para encontrar la información que necesitaba.
