Ann y Adam se dirigieron al frente del edificio para esperar a Eva y a Mateo.
Incluso cuando echaba un vistazo por encima del hombro, todavía no podía creer que este edificio ahora era suyo.
No estaba exactamente segura de cómo iba a llenar todos los pisos, ya que su equipo de personal era solo pequeño, pero al menos ahora, tenía espacio para expandirse y considerar otras avenidas por explorar. Siempre había tenido una mentalidad emprendedora, y Adam no hacía más que animarla a explorar todas las posibilidades.
—Vas a tener que pensar en un nombre para la empresa, ya sabes —dijo Adam con una sonrisa pícara—. Sería mejor que pensaras primero en un nombre corporativo para que cuando te expandas en otras áreas, puedan ser listadas bajo el mismo paraguas.