Ella mordió el interior de su mejilla dolorosamente para evitar gritar y su corazón latía rápidamente en su pecho mientras su madre le jalaba la cabeza hacia atrás para mirar sus aterrorizados rasgos con una emoción retorcida.
—Tu idea me intriga —Narcisa ronroneó mientras retiraba la cuchilla del cuello de Ada y acariciaba el cabello de su hija con la hoja del cuchillo cubierta de sangre.
Ada temblaba ferozmente bajo el abrazo psicótico de su madre, sin atreverse a emitir un sonido por si provocaba su ira una vez más.
—Narcisa se rió suavemente mientras plantaba un beso en la frente de Ada bruscamente y lamió la cuchilla libre de cualquier sangre restante, sonriendo maliciosamente sobre el aterrorizado rostro de su hija.
—Dime todo, mi pequeña cordera, y veremos si sacrifico tu sangre y la vida de tu hijo no nato esta noche, o si tu plan te ofrece otra oportunidad para redimirte.